Ciudad de México, a 23 de octubre.-
El novillero Rafael Serna se convirtió en el triunfador del Séptimo Duelo de “Soñadores de Gloria”
al cortar una oreja de peso a un buen novillo de la ganadería de San Marcos que fue premiado con
palmas en el arrastre. Serna dejó pasajes de calidad y mostró su toreo de clase con capote y muleta
en el lote que en suerte le correspondió, por su parte, Gerardo Rivera, se mostró voluntarioso y
empeñoso en su última tarde como novillero, toda vez que el próximo 2 de noviembre recibirá la
alternativa en Tlaxcala; Manolo Gaona tuvo una tarde cuesta arriba y dejó ver su verdor en lo que
fue su presentación en la Plaza México.
El Séptimo Duelo abrió con la lidia de “Mole”, de 420 kilos, ejemplar que por su presentación fue
aplaudido de salida. Este ejemplar correspondió en suerte a Rafael Serna que destacó con la media
verónica con la que remató en su saludo capotero. Tras la suerte de varas, el sevillano se recreó con
un vistoso quite por chicuelinas al que le imprimió su sello personal. Brindó al respetable su faena
con la muleta que inició doblándose con el novillo para después extraerle muletazos con calidad
y firmeza en los primeros compases por pitón derecho, siendo por este pitón donde encontró la
potabilidad del novillo que terminó por irse a menos. Estuvo certero con el acero y escuchó palmas.
Con su segundo, “Lonche”, de 437 kilos, Serna se dibujó con mucha clase, solera, y cadencia por
verónicas, y con la muleta trazó series con suavidad y despaciosidad, mostrando su temple ante
la nobleza y transmisión del novillo de San Marcos que le permitió dar continuidad a una faena
que tuvo el eco con el respetable. El sevillano continuó con tandas que acompasó con clase y
naturalidad; dejó estocada en buen sitio al primera viaje, pero el novillo de San Marcos vendió cara
su muerte, por lo que tuvo que hacer uso de la espada corta, acertando al primer golpe, para tras
la petición llevarse una oreja. El novillo fue aplaudido en el arrastre.
“Sope”, llevó por nombre el segundo del lote de Gerardo Rivera que destacó de nueva cuenta con
la ejecución de chicuelinas para continuar con su variedad con el percal. En su quehacer muleteril
tuvo destellos de lucimiento; en la suerte suprema dejó estocada certera para escuchar un aviso y
palmas tras su esfuerzo.
Por su parte, Manolo Gaona, poco pudo mostrar con su lote, pues evidenció su verdor, por lo que
en ambos novillos terminó por dividir las opiniones del respetable que acudió en buen número a
la Plaza México.
