Era un día de primeros de agosto. Los que son todavía nuevos, de una sola cifra, los que inician una aventura de sol y esencia. Él veraneaba en una playa gallega: arena muy blanca y suave y agua muy limpia y fría. La belleza..
Llevaba años veraneando en ese lugar. Vino de niño y ya iba a cumplir diecisiete. Era un muchacho ruso, y venía de acogida a una familia gallega. A comer pulpo, ir a las islas Cíes, fotografiar atardeceres.. y vivir veranos de ensueño…
Su mejor amiga era gallega. Era de Brión, donde se venera a la Virgen Minia, y cada julio y cada agosto los pasaba también en esa playa. Mantenían una deliciosa amistad.. y él.. Él estaba deseando besarla. Se había enamorado de ella.. Despacito..
A mitad de mes irían a Andalucía. Con un grupo de amigos. Una semana. A comer espetos, a los toros a Málaga, a conocer Antequera. Azul plateado y mar, dorada arena y sol. Vacaciones perfectas. Con ole y alegría…
Bienvenido, agosto!
Un cuento sencillo de verano
Un cuento que une mi amada Galicia con mi amada Andalucía
A Luis
Al toreo
Al las cosas bien hechas y a las cosas con sentido
A Manuel
A las historias de amor
Y a la amistad
A las familias de acogida: un 10!