Sic Sac, por: M.A. Elda Clemente Reyes.
A principios de diciembre de 2019 surgió en Wuhan, China, una
nueva enfermedad respiratoria. El 31 de diciembre, ese padecimiento provocó un
brote de neumonía, que ya había cobrado la vida de 170 personas. La causa un
nuevo Coronavirus anunciado al mundo por la Organización Mundial de la Salud
(OMS).
En noviembre
del 2020, ya se habían confirmado más de 45 millones de casos y casi 1,2
millones de muertes.
Entre las pandemias
del pasado podemos mencionar la ocasionada por el virus de la Influenza y la
Gripe Española, ambos son propagados por vía respiratoria y trascurrieron a
través de dos o tres olas epidémicas, en un lapso de dos y tres años, con una
letalidad variable, que fueron controladas cuando se estableció una inmunidad
de rebaño, después de haberse infectado cerca del 30 por ciento o más de la
población mundial.
Si
comparamos la Influenza y el Coronavirus no son similares. En el Covid-19 el periodo
de incubación es prolongado con mayores niveles de asintomáticos. Por ello, lo
más factible ha sido el uso de máscaras, distanciamiento e higiene personal, el
confinamiento domiciliario, la limitación de reuniones de grupos, la
restricción de la movilidad, el diagnóstico rápido, el retiro de las personas
identificadas como positivas, el cierre de escuelas, de espacios de trabajo y de
fronteras internacionales para contener la propagación.
Con el
relajamiento del aislamiento social estamos viviendo la tercera ola de
contagios. En esta etapa suman casi 60 mil casos en una semana, superando la
cifra respecto del máximo alcanzado en julio del 2020.
El mal sigue
convirtiéndose en la peor calamidad de salud pública en los últimos cien años y
las medidas no farmacológicas son la única estrategia aceptable para contenerla.
En México en las últimas 24 horas el país registró 2 millones 741 mil 938
contagiados y 238 mil 316 decesos, informó la Secretaría de Salud.
Hoy
en día, las vacunas son las más efectivas en el control de los padecimientos
del Covid-19. Si un suficiente número de individuos se vacunan, se podrá llegar
al nivel de inoculación que termine por interrumpir la cadena de infecciones
del virus. Según las estadísticas se han aplicado más de 55 millones de dosis,
38 millones de personas cuentan con más de una inyección y aproximadamente 16
millones y medio cuentan con medio esquema de inmunización.
Las
restricciones al comercio lastimaron de manera severa la economía nacional, por
lo pronto el cierre total de actividades ya ha sido descartado por el gobierno
federal.
Debemos estar preparados para aceptar la
posibilidad de que el SARS-CoV-2 podría permanecer en la población como una
epidemia controlable a través de programas rutinarios de vacunación.
El regreso a
clases, las concentraciones masivas en vacaciones y la disminución de las
acciones de prevención, nos pueden llevar hacia un retroceso mucho mayor y
tirar por la borda lo que se había avanzado.
