Sobran los motivos, por: Por: Jordy R. Abraham.
JordyAbraham@gmail.com / @JordyAbraham
Cuando
la convivencia se vuelve habitual entre las personas, es casi inevitable que
surja un vínculo que las una. El coincidir en los ideales por conseguir
determinadas causas, se torna una experiencia enriquecedora para las partes involucradas
y es frecuente que se genere un lazo de compañerismo sólido.
La suma de voluntades es fundamental para
alcanzar cualquier objetivo ambicioso, pero además una lucha común puede dar
origen al fortalecimiento de amistades. El afecto nace como resultado del
recorrido en conjunto hacia las metas trazadas.
Quien
encuentra a un amigo auténtico sabe que puede contar con él o ella en cualquier
circunstancia. Se dice que en las adversidades se conoce a los amigos
verdaderos. Además, aquellos individuos que nos aprecian no dudarán en hacernos
notar cuando nos alejemos del rumbo que nos lleva hacia los propósitos
anhelados.
Rodearse
de personas con valores es de gran trascendencia, ya que nos ayuda a
desarrollarnos como seres virtuosos. Los principios hallados en una sincera
amistad son características necesarias para afrontar los retos que nos presenta
la vida. Un amigo te invita a seguir adelante y te motiva a no desistir nunca
en el camino.
Las
palabras y las acciones deben estar alineadas para reflejar con transparencia
la solidaridad que debe estar presente en toda relación de compañerismo. La
complementariedad es importante, convivir con gente que nos supera en
diferentes aspectos nos hace mejorar en estas áreas de oportunidad.
Por
supuesto, la confianza es la clave de cualquier vínculo de amistad. Así,
aprendemos a ser leales con el propósito de conservar y desarrollar este lazo a
través del tiempo. Las experiencias compartidas robustecen esta confianza de
forma natural, lo cual es sumamente positivo.
Nos
debemos dar a la tarea de ser buenos amigos nosotros mismos, si es que
aspiramos a contar con amistades valiosas. Influir sobre las personas implica
una responsabilidad que debemos asumir con total compromiso. Impactar
positivamente en la vida de quienes nos rodean es el cometido ideal.
Del
mismo modo, debemos valorar las amistades, cultivarlas y no defraudar la
confianza de quienes nos estiman. Precisamos de aliados para trabajar por
aquello que nos apasiona. La suma de ideales nos transforma en líderes
propositivos y nos encausa a ser agentes de cambio en favor del bien común.
