Por: Bernardo Graue Toussaint.
Correo: bgrauet@hotmail.com / @bgrauet
El crecimiento del número de contagiados; de ingresos en hospitales y de decesos derivados del Coronavirus en México se empezarán a multiplicar, lamentablemente, en los próximos días.
Buena parte de esos hechos tendrán su origen en la “irresponsabilidad inmensa del gobierno del Presidente López, dada la tardanza en la toma de decisiones serias para combatir, primeramente, el contagio”.
La toma de medidas de prevención era posible, dado que “China y parte de Europa ya mostraban que el asunto era grave y que seguramente sería inevitable su expansión global”. El gobierno del Presidente López no tomó (pudiendo hacerlo en mejores condiciones que las actuales) medidas de acción y de suministro de materiales para hacer frente a la pandemia. Hoy, México carece de equipamientos, materiales sanitarios y de recursos humanos suficientes para dar la batalla. “El país pagará las consecuencias”.
Luego habría sido prudente (por lo menos) que el mandatario diese ejemplo cívico frente a un riesgo sanitario que ya estaba causando graves estragos en otras latitudes del mundo. Durante valiosísimos días y semanas, el Presidente de la República disfrutó de su papel de “bufón mayor”, besando y abrazando personas y niños, a diestra y siniestra, haciendo gala de una prepotencia e irresponsabilidad propia de un gobernante de república bananera al decirle a la población : “No dejen de salir, todavía estamos en la primer fase, yo les voy a decir cuando no salgan”. AMLO actuó como pandillero machote de barrio, en su clásica actitud de ¡¡¡SÍ Y QUÉ, WEY!!! presumiendo que lo hacía aunque les pesara a sus detractores.
Se sumó a lo anterior, la celebración de actos públicos que debieron evitarse. Se le advirtió incansablemente al Presidente López, así como a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México sobre los riesgos. El festival “Vive Latino”, por citar un ejemplo, fue un evento con 45 mil asistentes que NUNCA SE DEBIÓ CELEBRAR. Se realizó con permiso federal y local. El nivel de contagio que se produjo en ese lugar se verá reflejado en las próximas semanas.
Mientras los gobiernos del mundo confinaban a los ciudadanos en sus casas (conminando a la cooperación e incluso con sanciones a quien no coopere), el gobierno federal dejó al criterio de cada ciudadano hacerlo o no. Las consecuencias de esa permisividad costará (tristemente) muchos muertos.
Los argumentos del Presidente López, descalificando la gravedad del asunto fueron perdiendo fuerza hasta que tuvo que reconocer que había que actuar.
El día de mañana, no será fácil evaluar los daños dado que las autoridades mexicanas ya han empezado a falsear la información respecto del avance de la enfermedad; del número de contagios; del número de fallecidos; de los recursos materiales y humanos con que se cuentan. El Presidente López no deja de argumentar que “tiene la situación controlada” y que “tiene un plan”. Algo así como sus reiterados “otros datos” que acostumbra para salir del paso.
Una cosa queda clara. Este patético Presidente de México no podrá acusar a otros de las secuelas, porque cuando lo pudo evitar, nada hizo.
El Presidente López estaba enterado del creciente número de personas ingresadas en Cuidados Intensivos en distintos países y también del elevado número de fallecidos que se reportaban en otras naciones. A pesar de ello, invitaba a la población mexicana a seguir en la calle.
Las cosas claras:
HABRÁ HOSPITALES COLAPSADOS Y CARENCIA DE MATERIALES INDISPENSABLES, Y LO SERÁN POR LA IRRESPONSABILIDAD PRESIDENCIAL.
MUCHOS CONTAGIADOS SERÁN “LOS CONTAGIADOS DEL PRESIDENTE LÓPEZ”.
La parte más dolorosa de esta triste realidad serán los fallecidos en nuestro país. MUCHOS DE ELLOS NO SERÁN LOS MUERTOS DEL CORONAVIRUS, SINO QUE SERÁN “LOS MUERTOS DEL PRESIDENTE LÓPEZ”. Su responsabilidad criminal en esta grave coyuntura es innegable. Repito, “SERÁN SUS MUERTOS”.
