Editorial La Revista Peninsular.
Al pretender comprender por qué aumentan los índices de violencia en un tiempo determinado, ya sea para criticar o aprender de lo sucedido, se tiende a contemplar únicamente las acciones que tomaron los gobiernos en ese momento. Si bien es una perspectiva necesaria para el análisis, deja a un lado a los protagonistas de la violencia y la inseguridad del país, los grupos de crimen organizado.
Estos grupos se dedican a negocios ilegales que no están reglamentados por leyes o instituciones, por lo que se regulan con la violencia y perpetúan una dinámica darwinista que avoca la supervivencia del más apto, pero a punta de plomo y sangre derramada.
Las disputas que surgen por mercados o territorios son el principal factor que determina la percepción de seguridad nacional, pues repercute en el índice de homicidios al implicar enfrentamiento armados entre las distintas organizaciones delictivas.
En los últimos veinte años, se ha podido identificar dos momentos específicos en los que aumentó considerablemente la violencia en México, el primero ocurrió entre los años 2007 y 2012 y el segundo comenzó en el 2015 y sigue vigente en la actualidad. En ambos casos, la escalada de violencia obedece a conflictos de intereses entre los delincuentes, ocasionando enfrentamientos armados en las calles del país.
Entre el 2007 y el 2012 se gestó y desencadenó un conflicto armado entre el Cartel de Sinaloa, liderado por Joaquín “El Chapo” Guzmán, en contra de los hermanos Beltrán Leyva aliados con “Los Zetas”. Los hermanos Beltrán Leyva eran parte del Cartel de Sinaloa, incluso son primos hermanos de Guzmán Loera, pero por motivos poco claros rompieron relaciones y entablaron una sangrienta guerra; algunos sostienen que fue por un negocio en que se dejó fuera a uno de los hermanos Beltrán Leyva, y otros afirman que estos últimos fueron responsables de la muerte de uno de hijos del Chapo.
A pesar de que los hermanos Beltrán Leyva lograron fortalecerse considerablemente gracias a alianzas que entablaron con distintos cárteles del país, eventualmente fueron asesinados o detenidos.
Por otro lado, el aumento de violencia que se empezó a percibir hace cinco años tiene su origen en una situación ajena al país. A medida que pasan los años, las comunidades del mundo se interrelacionan de manera más profunda por los efectos de la globalización como la conexión de los sistemas económicos, la migración o los medios de comunicación.
Entonces, el problema surgió en México cuando Estados Unidos comenzó a regular el uso de opioides en su sistema de salud pues se encontraba inmerso en una crisis por los múltiples casos de adicción registrados, los cuales fueron causados por la prescripción indiscriminada de medicamentos analgésicos altamente adictivos. Para combatir la epidemia de adicciones, el gobierno norteamericano decidió prohibir la venta de medicamentos famosos como el OxyCotin y de químicos como el fentanilo, el cual es un químico chino usado para elaborar drogas sintéticas.
Una vez que Estados Unidos prohibió la elaboración y distribución de una sustancia a la cual ya eran adictas millones de personas, los cárteles mexicanos asumieron los procesos de elaboración para continuar satisfaciendo la demanda del producto. Este nuevo mercado empezó a generar conflictos armados entre los grupos delictivos para asegurar rutas y derechos de distribución, como sucedió particularmente en Colima.
Éste estado mexicano había gozado de paz por muchos años, pero debido a la prohibición de fentanilo en Estados Unidos, el puerto de Manzanillo se convirtió en uno de los principales destinos de éste químico proveniente de China. Ahora, Colima es el estado con más homicidios dolosos en el país, y ha sido escenario de notables crímenes como el asesinato de la diputada Anel Bueno o el asesinato del juez federal Uriel Villegas.
Identificar las condiciones y objetivos del crimen organizado permite tener mayor comprensión sobre la situación de seguridad del país para poder resguardar civiles y crear estrategias encaminadas a desmantelar éstos grupos delictivos.