Era 25 de julio. Julio de luz y de sol, España grande y una, era jueves. Festejaban la vida y lo que es de verdad, que es lo que jamás será de mentira. Y celebraban el santo, y la familia unida, que es la que jamás será vencida, y el brindis al compás del susurro de las copas, de los oles, de los besos!
Y de los versos del toreo. Por la tarde iban a estar pendientes de la corrida..
Eran Santiago el padre y Santi el hijo. Y eran señores y españoles y sinceros y serenos. Y eran gentes de oración y de emoción, todos fuertes y firmes en la batalla, aquel verano más que en cualquier otro momento. Pero siempre leales y estoicos, entereza y valor, honor y pureza!
Santiago bebía vino tinto, comentaba las perfectas manoletinas de los toreros, leía libros de historia. Santi antes jugaba con espadas y con patines, ahora cambiaba el juego por la guerra, y lidiaba contra el duro ejército de aquella cruel enfermedad. Oraba Santiago al anochecer, el niño en la mañana.
Santi en el colegio era todo amistades y muy buenas notas, caía bien, era respetuoso y recibía afectos. Aprendía lecciones de humildad y de respeto de Santiago. El que sabía que lealtad es más que un sustantivo, que falsedad es algo tan feo como duro. Que a la vida se la mira de frente y con valor…
Era 25 de julio. Santiago: Patrón de España!
Dedicado al día de Santiago
A Santi. Y a Nuria..
A Santi, Finca Feligrés
A Santi Abascal! Gracias!
En este cuento hay un Santiago adulto y un Santiago niño: el niño es mi luchador Luis, y le puse ese nombre.. Dedicado a mi Luis, campeón, feliz cumpleaños
A la familia de Luis
A Diego Silveti
A los toreros, y a los toreros que torean hoy
Y a la gente leal y de verdad