Sic Sac, por: M.A. Elda Clemente Reyes
El Ejecutivo Federal, marcó su
territorio protegiéndolo con muros de contención que rodean el Palacio Nacional,
monumentos, comercios, hoteles y las calles principales del centro histórico de
la CDMX, para evitar que, en las marchas feministas por el Día Internacional de
la Mujer, no los vandalicen y se enfrenten cara a cara con las fuerzas de
seguridad, según la versión oficial.
Los actos violentos del año pasado,
contra mujeres que resguardaban la seguridad, sufriendo insultos, golpes,
quemaduras y amenazas de féminas que protestaban, dieron como resultado que hoy,
una parte del zócalo capitalino luzca impenetrable ante cualquier intento de
disturbios. Frente a esta protección, están los que critican todo lo que hace
el presidente Andrés Manuel López Obrador y los que lo defienden a capa y
espada.
Analizando objetivamente el contexto,
no lo veo como un desafío ni temor a las mujeres, pero nunca faltan las que
ocasionan desmanes que no tienen nada que ver con una movilización civilizada.
Hoy, muchos se escandalizan por el
blindaje, pero que creen, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), reveló
que, a 14 años de la Promulgación de la Ley General de Acceso a las Mujeres a
una Vida Libre de Violencia, ninguno de los 32 estados del país, ha reunido
“los elementos básicos para considerar que podía implementar una política que
le permitiera prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra la
mujer”. De continuar estas condiciones, los feminicidios sin duda, seguirán al
alza.
Es decir, los Estados no cuentan con
bases sólidas para combatir la violencia y, los diseños de política pública,
hasta el momento, son inconsistentes. El número de feminicidios se recrudece
cada vez más. Según cifras oficiales en el periodo 2016-2019 se incrementó 14.2
por ciento y en 2030 se estima una tasa media de crecimiento anual de 9 por
ciento.
La deuda con las mujeres sigue pendiente,
las autoridades son responsables de protegerlas, escucharlas y atenderlas. Incluirlas
es el reclamo en todos los foros locales, nacionales e internacionales, lamentablemente,
muy pocos, les dan su justo valor y muchos, las utilizan literalmente para su
propio beneficio.
Coincido con las voces que
descalifican la nominación de Félix Salgado Macedonio, al gobierno de Guerrero,
presunto violador y acosador sexual. No entiendo cómo se antepone un fin
electoral por encima de una petición colectiva.
El muro no debe ser sinónimo de oídos
sordos, ni de cerrazón para las damas. La lucha de las organizaciones
feministas es la causa de todas, siempre y cuando sea genuina, sería,
responsable, propositiva, un ejemplo de civilidad política y, no se desborden
las pasiones reprobables en cualquier circunstancia. Las vallas metálicas no serán
justificables, si la tolerancia y el respeto se apoderan de la discusión de la
manifestación y no participan infiltrados con otros fines.
Tienen libertad de hablar, expresarse
sin ser reprimidas, pero no deben pasar por encima de los reglamentos y la
integridad física de mujeres que, como ellas, tienen los mismos derechos.
Feliz Día Internacional de la Mujer.