Editorial La Revista Peninsular
La Federación Rusa se autoproclamó ganadora de la
carrera internacional por la cura del COVID-19, pero existen dudas en torno a
la noticia. Debemos ser prudentes con la información que se difunde, pues se
puede creer erróneamente que la pandemia está por terminar, cuando en realidad
aún faltan varios meses. No es momento de relajar las medidas de seguridad.
La comunidad médica establece etapas para comprobar la
efectividad de una vacuna, así como procesos para la publicación de resultados
y entonces puedan ser verificados por expertos.
En la primera etapa, o etapa preclínica, se desarrolla
el producto con pruebas en células aisladas y animales. Ahora bien, en la
segunda etapa, o etapa clínica, la vacuna se aplica a seres humanos para
evaluar sus efectos secundarios, eficacia y seguridad.
Ésta segunda etapa a su vez consta de tres fases. En
la primera fase se prueba el medicamento en decenas de personas y se busca
determinar qué tan tóxico es para la salud de quienes la usan. La segunda fase
contempla la aplicación a cientos de personas para corregir los errores que se
hubiesen identificado en la fase anterior y determinar los métodos idóneos de
administración. Finalmente, en la tercera etapa se realizan pruebas a miles de
personas como último filtro para comprobar la efectividad de la vacuna.
Por lo que ha anunciado el gobierno ruso, el
medicamento denominado como “Sputnik V”, en referencia al primer satélite
humano puesto en órbita por Rusia en 1957, inició la fase tres a penas el doce
de agosto. Además, no solamente falta que culmine la etapa final del proceso de
la vacuna, sino que los resultados de las etapas y fases anteriores no han sido
publicados.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, compartió que
una de sus hijas fue vacunada y se encuentra en buen estado de salud. Sin duda
el argumento apela fuertemente a las emociones, pero no es suficiente para
compensar la falta de información que existe sobre la presunta cura.
Es necesario mantener la cabeza fría y procurar una
perspectiva realista, no pesimista, de lo que acontece en el mundo. La decisión
del gobierno ruso de presentar su vacuna prematuramente, incluso ante críticas
de la comunidad médica de su propio país, obedece a los intereses que tiene
ésta potencia de fortalecer su liderazgo en la comunidad internacional.
El anuncio de la cura del COVID-19, la enfermedad que
ha paralizado al mundo, es una noticia que todos quisiésemos que fuese
realidad. El confinamiento, las crisis económicas y laborales, o el agotamiento
de los insumos hospitalarios son situaciones generadoras de hartazgo en la
sociedad, por lo que se comprende el gran número de personas que celebraron y
confiaron en la efectividad de “Sputnik V” sin suficientes pruebas.
Por más que se desee un pronto fin para la
contingencia, aún falta mucho tiempo por delante. De acuerdo al mensaje
compartido ésta semana por el gobernador del estado de Yucatán, Mauricio Vila
Dosal, la pandemia habrá de durar todo lo que resta del presente año y parte
del próximo.
El mandatario yucateco compartió una leve mejoría en
los registros de hospitalización y defunciones durante los últimos días. Sin
embargo, no significa que es momento de relajar las medidas de seguridad,
explicó el titular del ejecutivo, por el contrario, es momento de fortalecer
los esfuerzos para alejarse de una fase crítica.
Con su mensaje, Vila Dosal le recordó a los yucatecos
que estamos en una carrera larga, la cual exige de la disciplina y responsabilidad
de la sociedad para poder terminarla, dentro de lo que cabe, sin mayores
consecuencias.
Mantengamos la guardia contra el coronavirus
procurando las medidas de sanidad establecidas y teniendo cuidado con la
información que difundimos. En éstos días habrá más anuncios de vacunas por
parte de países y empresas que no se quieren quedar atrás y podría parecer que
el fin de la pandemia está por venir, pero no nos dejemos llevar. No todo lo
que brilla es oro.