El cielo de la tarde de final de enero era oro y azul, como un vestido de torear, naranja y rojo, como un caramelo en forma de flor. Y la temperatura, aunque fría, invitaba a salir al campo, a correr por los caminos, a respirar la verdad de la hojarasca…
“No llevamos los capotes”, fue el whatsapp que recibió uno de los muchachos…
En la finca de Pablo todo eran muletazos y seda torera en danza, ole y toreo. Qué gran tarde pasaron! Jugaron a torear, a mover el capote imaginando que derrochaban el mismo arte que derrocha Juli, a sentir la muleta como la siente el elegante Manzanares…
Todos los pequeños convidados, Marta, Carlos, Lourdes, Alberto, María… todos, se mostraban más que satisfechos cuando se marchaban. Al final se había acercado allí Fortes y, tan gentil como acostumbra, les había firmado sus capas y sus franelas…
Uno de los chicos no pudo obtener la firma. El matador, tan generoso, le firmó un libro y y una camiseta. No pudo llevar firmado su capote o firmada su muleta por el mensaje que había recibido. No era “no llevamos los capotes.” Era “no, llevamos los capotes.”
Él había llevado la bicicleta!
Escribamos bien, por favor. Una simple y sencilla coma puede cambiar la historia…
En tiempos raros donde cada vez se escribe peor conviene recordar la importancia de escribir bien. No hay excusas, las comas existen. Lo que no existen son las k (kiero no significa nada)
Dedicado a Ascen y sus hijos Alberto y María
Dedicado a Carlos
A Juli
A Fortes
A capotes y muletas
A Marta y Pablo
A Luis
A la gente con alma
Y al toreo
