Sic Sac, por: M.A. Elda Clemente Reyes.
Hoy, celebramos la Nochebuena en la víspera de la Navidad y
en la madrugada del 31 de diciembre, el Año Nuevo. En ambas festividades, luego
de dos años de no poder estar reunidos con normalidad, estaremos rodeados de seres
queridos, familia y amigos. Sin perder de vista que en miles de hogares estarán
lugares vacíos por los que no pudieron vencer el Covid-19, o alguna otra
enfermedad.
Con el semáforo epidemiológico en color verde y la mayoría de
la población mexicana vacunada, existe menor índice de hospitalización y una
baja significativa en la tasa de mortalidad. Lo cual, es propicio para no bajar
la guardia y seguir cumpliendo los protocolos sanitarios al momento de
disfrutar la Nochebuena.
Es común que, al llegar diciembre, nos emocionemos por las
fiestas decembrinas, que traen consigo días de descanso, el pago de aguinaldo,
cenas, regalos, además de celebraciones religiosas. También es común ver un
repunte del comercio, donde muchas personas se ven obligados a adquirir
préstamos o empeñar algún bien que recién adquirieron.
Durante estas fechas, debemos elaborar un presupuesto que nos
permita tener un control de nuestros ingresos y egresos, para evitar
comprometer un ingreso futuro adquiriendo deudas. Planear las compras con
anticipación y no gastarse todo el aguinaldo, garantizando así finanzas
personales sanas.
Hablar de religión en esta época nos lleva a tocar uno de los
temas coyunturales, la Navidad se asocia directamente con Dios porque es su
esencia, sin Él no existiría. Sin embargo, muchas veces se pierde el verdadero
significado, la percepción real de su existencia y caemos en el error de falsas
conjeturas que asociamos a lo que nos pasa o sucede de manera intempestiva. En
la entrevista que le hicieron a la hija de Billy Graham en el Early Show, Jane
Clayson le preguntó, “¿Cómo pudo Dios permitir que sucediera esto?”
se refería a los ataques del 11 de septiembre.
Anne Graham, dio una respuesta sumamente profunda y llena de
sabiduría. Dijo: “Al igual que nosotros, creo que Dios está profundamente
triste por este suceso, pero durante años hemos estado diciéndole que se salga
de nuestras escuelas y que se salga de nuestras vidas. Y, siendo el caballero
que Él es, creo que se ha retirado tranquilamente. ¿Cómo podemos esperar que
Dios nos dé su bendición y su protección cuando le hemos exigido que nos deje
estar solos? Es curioso cómo la gente simplemente manda a Dios a la basura y
luego se pregunta por qué el mundo está en proceso de destrucción. Es curioso
cómo se mandan “chistes” por la red y se riegan rápido como pólvora,
pero cuando empiezas a mandar mensajes del Creador, la gente lo piensa dos
veces antes de compartirlos. Es curioso cómo hay artículos lujuriosos, crudos,
vulgares y obscenos que circulan libremente por el ciberespacio, pero la
discusión de Dios en público se suprime en las escuelas, los espacios de
trabajo y a veces hasta en el hogar. Es curioso ver cómo nos preocupa más lo
que piensan los demás de nosotros que lo que Dios piensa de nosotros”. El Señor
es amor y con una paciencia infinita pero no debemos abusar.
El país no ha superado la pandemia y enfrenta la variante
altamente transmisible Ómicron como una amenaza latente al acecho de más
infectados. Los contagios se disparan en Europa mientras los gobernantes se
preparan en acelerar la vacunación del refuerzo para contener su propagación.
En esta temporada, no es común cerrar la movilidad interna y
externa por la derrama económica que significa para la economía de cualquier
país. Por ello, veamos esta Navidad como un tiempo de reflexión, la oportunidad
de agradecer al todo poderoso por la salud, la familia, ofrecer mayor empatía,
generosidad entre los seres humanos y que nos proteja del virus.
Celebremos el nacimiento del Niño Jesús, el hijo de Dios que
fue anunciado por el ángel Gabriel a la Virgen María, cuyo destino final estaba
escrito desde lo alto del cielo. Que la magia no se pierda en los corazones, veamos
en la sonrisa de cada niña y niño al salvador, preparemos la mente a través del
Espíritu Santo para que el enemigo no encuentre tierra fértil donde morar.
Feliz Navidad