Por: Adelaida Harrison.
En el artículo anterior hablamos de los tres centros de inteligencia que maneja el Eneagrama. Y explicábamos como tomar buenas decisiones asegurándonos de usar los tres de manera integrada. Hoy quiero hablarles de lo que significa la integración de la personalidad que describe el Eneagrama.
Dan Siegel, un médico y profesor clínico de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la UCLA. Pionero en la neurobiología interpersonal y autor del libro El cerebro del niño. Explica de una manera muy sencilla en qué consiste la integración cerebral o neural usando la mano para explicar su modelo del cerebro.
Siegel explica que si vemos la mano con la palma hacia el frente, la palma y el antebrazo representarían la espina dorsal. Al cerrar el pulgar sobre la palma de la mano, el dedo pulgar sería el equivalente al cerebro límbico y la uña del dedo pulgar representaría a la amígdala cerebral, la encargada de detectar y detonar las situaciones peligrosas y que requieren una respuesta rápida, como mencionamos en el capítulo anterior. Su objetivo es detonar el mecanismo de alarma para actuar de manera rápida cuando no hay tiempo de que el neo córtex haga un análisis detallado de la situación. A esto le llama: “cerebro desintegrado”
Si cerramos la mano sobre el pulgar, y la vemos de lado, tendremos un modelo muy parecido al cerebro, donde los cuatro dedos restantes representaran la parte racional del cerebro conocida como neo córtex. Cuando la mano está cerrada representa el cerebro en modo racional, es decir que el neo córtex está a cargo de procesar la información y actuar de manera integrada. Respondemos desde la esencia, y tomamos buenas decisiones.
Según éste modelo, cuando estamos en modo reactivo o supervivencia, es decir a merced del cerebro límbico y la amígdala cerebral, nuestro neo córtex se desconecta y solamente operamos con la parte primitiva del cerebro, es decir el cerebro reptiliano. Reaccionamos por instinto y en este estado es cuando hacemos cosas de las que después nos arrepentimos.
Respecto a estos dos modos de operar, me parece importante recordar a Gurdjieff, que decía que para entrar en contacto con nuestra esencia o nuestro yo potencial, deberíamos tener los tres centros integrados. Es decir, que nuestro centro mental, emocional y visceral, estén coordinados e integrados. Equivaldría al cerebro integrado que menciona Siegel; es decir, que un cerebro integrado es lo que nos permite entrar en contacto con la esencia. De lo contrario no pensamos y solo reaccionamos desde el cerebro reptil.
Los niveles de intregración
El Eneagrama también describe de manera muy precisa los niveles de integración de los diferentes centros cerebrales, agrupados en tres categorías principales de personalidad:
- Personalidad SANA o niveles Integrados: corresponden a una persona con mucha inteligencia emocional. En el área espiritual pueden compararse con los estados de iluminación o santidad. Menos del 2% de la población suele estar en estos niveles. Comparando los niveles de integración con la teoría de Dan Siegel, las personas en este nivel toman la mayoría de sus decisiones con un cerebro integrado o en “MODO RESPUESTA”.
- Personalidad Promedio: Aquí encontramos a la mayoría de las personas y se refiere a las características típicas de cada Eneatipo. Y viven en un estado combinado de respuesta-reacción.
- Personalidad TÓXICA o niveles desintegrados: Estos niveles hacen referencia a lo que en psiquiatría se refiere a los comportamientos patológicos de cada Eneatipo. Son personas con un nivel muy bajo de inteligencia emocional y según el modelo de Dan Siegel, son personas que se encuentran en “Modo de Supervivencia”.
Los Niveles de integración son el elemento que hace del Eneagrama una herramienta dinámica y que describe la naturaleza cambiante de los patrones de la personalidad. Constituyen un puente entre lo que se considera patología de cada personalidad y el nivel elevado de conciencia conocido en algunas tradiciones como santidad o iluminación. Permite entender el proceso del desarrollo humano como un camino constante de evolución o involución, y a su vez sirve de guía en los procesos de desarrollo humano. Las personas cambian constantemente, a veces están más emocionalmente disponibles, y otras veces son más reactivas y se comportan emocionalmente volátiles. La comprensión de los niveles deja claro que la manera en que actuamos está basada en el nivel de amenaza que percibimos del entorno y que no son procesos independientes del medio ambiente, sino resultado de una necesidad de adaptación y supervivencia. Entender los miedos que generan estas conductas o reacciones nos permitirán cambiar los paradigmas desde donde nos movemos.
Para entender a una persona es necesario saber dónde se encuentra a lo largo del continuo de Niveles de su tipo, en un momento dado. Uno debe evaluar si la persona está en su franja sana, promedio o tóxica en los niveles de funcionamiento. Esto es importante porque, por ejemplo, dos personas del mismo tipo de personalidad y ala difieren significativamente si uno es saludable y el otro tóxico. Así mismo, una misma persona puede moverse a lo largo de los niveles durante el día según la situación en que se encuentre. Si percibe una amenaza, reaccionará en “Modo Supervivencia”, o desde la respuesta reptiliana, mientras que si se encuentra en un ambiente relajado, la misma persona se comportará según lo descrito en el nivel sano o integrado de su personalidad que conocemos como “Modo Racional”. Tanto para las relaciones, como para la educación, entender esta distinción es vital.
Podemos equiparar este continuo cambio de niveles con lo que sucede un elevador, que posee nueve niveles internos, que a su vez están agrupados en tres niveles o subcategorías. Hay tres niveles en la sección superior conocida como personalidad sana, tres niveles en la sección intermedia, llamada personalidad promedio y tres niveles en la sección inferior, llamada personalidad tóxica. En cada piso que el elevador visita encontramos características de comportamiento determinadas, y fundamentadas en un miedo específico. Los rasgos más saludables aparecen primero, en la parte superior. A medida que descendemos en los niveles, pasamos por cada Nivel de Desarrollo que marca un cambio distinto en el deterioro de la personalidad, hasta llegar al sótano, donde encontraremos la patología de la personalidad. Cada personalidad se encuentra asociada con una patología determinada. Pero Y tu,..¿En qué nivel de integración te encuentras?
Adelaida Harrison
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