Compraron entre los tres una pandereta, era tan hermosa! Verano gallego de atardeceres largos y dorados, llenos de luz. Él tenía luz también, era un ser de pureza, transparente como agua fresca de la fuente…
Corrían tiempos duros para él, y le harían un regalo. Regalar es de lo mejor de la vida. Al terceto se unió una cuarta persona, ni había aportado dinero para el instrumento ni sumaba nada en absoluto. Palabras vacías!
Escribió el primer niño en la pandereta con rotulador negro. Habló de España y del Cid, él era patriota y taurino, lector y poeta. Y narró el segundo con tinta verde sobre el toreo, sobre Perera y Pablo Aguado…
Y el tercero de los pequeños dibujó: árboles y senderos, playas y Luna: un paisaje ideal..
Y ya lucía la pandereta perfecta y preciosa para ser obsequiada… A él le encantaría, era un tipo humilde y sensato…
La cuarta persona quiso escribir. Repetía los cursos pero presumía de ir genial con los estudios. Escribía oraciones largas sin sentido alguno, verbos sin concordancia, letras de falsedad…
Y se borraba su producción…
Hasta tres veces se borró…
Y un anciano que por allí pasaba de aquello dejó su opinión. Dijo que con el corazón se hace el arte, jamás con la mentira. Y que la egolatría y la estupidez no tienen cabida a la vera de lo leal y lo noble…
Y los tres regalaron su sincera pandereta!
Hoy regalé yo una pandereta, y no será la última! Gustará?
Dedicado a las personas que hacen arte con el alma: hoy a mi mago, Perera, Pablo Aguado
A mi querido Pablo
A los buenos estudiantes y a los estudiantes que no mienten
A mi niño Luis, a muy pocos días de su cumple
A pereristas y aguadistas de ley
A personas de ley