Era necesario encontrar a alguien que fuera capaz de decir la verdad. Ni los de Abajo ni los de Arriba podían hacerlo ya. Algo en su corazón o en sus pestañas se había roto o descompensado… y aquellos seres mentían ya muchísimo!
Y para aquella misión la verdad era tesoro!
Y así tendría que ser siempre. Pero todo había cambiado mucho: mentir les resultaba más cómodo y más satisfactorio. Se habían perdido los valores… Entonces la orden fue bastante tajante. Buscarían al antes llamado Jefe…
Su alma era pura y sincera. Poseía la mirada franca de los nobles de espíritu, y era ya el último poeta, de los últimos románticos! Lo malo fue saber que no se hallaba en el Reino. Se había ido semanas atrás, a luchar por el toreo!
El arte de Talavante y Morante peligraba…
Buscaron entonces al conocido por su voz de terciopelo y su sabiduría pura. El Leal, le decían, y así era él: caballero de verdad, un conquistador de ley. Pero tampoco se encontraba en el lugar… Había tormentas y se había marchado a la batalla. Firme y fiel!
Pues… qué se haría? La solución la vieron en una vieja copla de las que hablaba Manuel Machado. El guerrero V, V de valiente y de verdadero, era la respuesta. Él diría la verdad como lo hacía siempre. Estaría en su cabaña, trabajando en lo alto del monte…
Allá se dirigieron, cruzando ríos… Felices!
Por supuesto el guerrero V les dijo la verdad, desconocía la falsedad, afortunado él! Y les prometió regresar en breve al Reino, para buscar los valores perdidos… Sería un buen momento… y contaría con la ayuda de los dos compañeros que estaban fuera..
Se seguirá informando sobre la misión V…
Dedicado a la gente de verdad
A mi mago
A Morante
Al Jefe
A Luis
Al toreo
A mi gente