La legalización de la marihuana: Salud y derecho humanos como prioridad

Editorial La Revista Peninsular
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El jueves 19 de noviembre hizo historia el Senado al aprobar el uso personal, medicinal, comercial, científico e industrial de la marihuana en México. Con 82 votos a favor, 18 en contra y 7 abstenciones, la Cámara Alta permitió el acceso a la planta a personas mayores de edad y creó el Instituto Mexicano para la Regulación del Cannabis. La Cámara de Diputados tendrá hasta el 15 de diciembre para discutir y aprobar el dictamen; aún no está claro si realizarán modificaciones a lo propuesto por los senadores.

Independientemente de las posturas que puedan existir sobre el tema, el trabajo de los legisladores debe ser motivo de celebración pues reafirma la legalidad y constitucionalidad en la actuación de nuestros poderes políticos.

Los senadores legislaron para transitar de un modelo prohibicionista a uno que priorice la salud pública y los derechos humanos. Para ello, reconocieron el derecho que tienen los adultos a decidir de manera libre e informada, siempre y cuando no afecten a terceros, bajo 4 ejes específicos: salud, seguridad, economía y paz. De igual forma, reformaron artículos relativos a la planta en la Ley General de Salud y el Código Penal, y crearon la Ley Federal de Regulación del Cannabis.

Entre lo aprobado, se estableció que únicamente las personas mayores a 18 años podrán consumir cannabis psicoactivo, y se asentaron nuevos parámetros para la posesión. Estos cambios contemplan una ampliación de 5g a 28 g respecto a la cantidad que se puede portar, y multas para personas que porten entre 28g y 200g pues se considerará como delito de “posesión simple”. Ahora bien, quienes tengan en su posesión entre 201g y 28 kg cometerán el delito de narco menudeo, y de 28 kg en adelante será narcotráfico.

Asimismo, se estipuló que los mexicanos podrán tener hasta 6 plantas en su casa para autoconsumo. Lo anterior refiere a quienes viven solos pues las casas en las cuales habiten más de dos personas consumidoras podrán poseer hasta 8. Sobre este punto hubo una discusión interesante ya que inicialmente se facultaba al Ministerio Público para realizar inspecciones domiciliarias a usuarios registrados, pero después de debatirse se concluyó que era una medida excesivamente invasiva, por lo cual se desechó.

Como alternativa al autocultivo se aprobó la consolidación de asociaciones de consumo, los cuales serán grupos facultados para sembrar, cultivar, aprovechar, portar y fumar marihuana. Estos colectivos tendrán derecho a 4 plantas por miembro, y puede ser una opción viable para quienes no puedan o quieran sembrar en sus domicilios.

Una decisión interesante fue la de liberar a quienes hayan sido procesados o sentenciados por posesión simple de marihuana. Aún más, las autoridades tendrán un plazo de 6 meses tras la entrada en vigor del decreto para eliminar los antecedentes penales de estos mexicanos. Por otra parte, también se decidió desarrollar un plan de prevención y tratamiento de adicciones enfocado principalmente para niños y adolescentes, el cual deberá ser ejecutado también en un plazo no mayor a 6 meses tras la entrada en vigor del decreto.

Los miembros de la Cámara Alta también acordaron algunas limitaciones para el uso de la planta como la prohibición de consumo en escuelas, instalaciones gubernamentales, comercios con acceso público y todos los lugares libres de humo de tabaco.

Quien al parecer será el protagonista de este nuevo paradigma en el Estado mexicano es el Instituto Mexicano para la Regulación del Cannabis. Éste órgano no dependerá de ninguna secretaría, por el contrario, estará facultado para coordinar a distintas secretarias en lo relativo a la planta. Igual tendrá la obligación de expedir licencias para el cultivo, comercio e industria, y regular la venta.

La Cámara de Diputados recibió la minuta del proyecto el 24 de noviembre y tendrá hasta el 15 de diciembre para revisarlo y aprobarlo. Si bien, tiene la facultad de realizar modificaciones a la iniciativa, aún no se sabe si lo harán.

Existen grupo sociales los cuales exigen la modificación del límite de posesión para que exista una posesión libre, pues la limitación perdura la criminalización de los usuarios y los expone a abusos de autoridad. Sin embargo, otros grupos prefieren que los diputados se mantengan al margen pues temen que su intervención termine por restringir aún más el derecho de los mexicanos.

Una vez que la iniciativa sea aprobada en la Cámara Baja, le corresponderá a Andrés Manuel López Obrador la promulgación. El presidente ha mostrado varias posturas sobre la legalización de las drogas, pero últimamente había emitido opiniones conservadoras al respecto; no obstante, ha dicho que respetaría lo acordado por el poder legislativo. Solo el tiempo podrá decir cómo recibirá este proyecto pues si algo ha faltado en el actual sexenio es certidumbre.

Recordemos que la legalización de la marihuana fue gracias a la interpretación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el desarrollo de la libre personalidad. Después de haber sentado la jurisprudencia pertinente, le indicó al Senado legislar al respecto. La Cámara Alta prorrogó esta decisión en dos ocasiones (la segunda por la pandemia), y a inicios de la actual legislatura existían rumores respecto a la intención de una nueva prórroga.

La legalización de la marihuana reencauza el actuar de los senadores pues asumen sus obligaciones constitucionales. Cuando se trata de garantizar derechos humanos, los mexicanos no podemos permitir flexibilidad ni titubeos, pues se crean precedentes peligros para el desarrollo del país.

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