Sobran los motivos, por: Jordy R. Abraham
Jordyabraham@gmail.com / @JordyAbraham
El panorama de bienestar y
progreso se convierte en una coyuntura para la consolidación de Yucatán como un
destino turístico atractivo que promete proliferar en el futuro cercano para
brindar sitios de empleo nuevos.
La fuerza laboral
de nuestro estado es digna de reconocimiento e incluso de admiración. Yucatán
es una tierra de riquezas que traen consigo oportunidades numerosas para
quienes saben aprovecharlas con nobleza. No obstante, sin talento sería difícil
imaginar la obtención de resultados positivos en el manejo de estos factores
distintivos de nuestra entidad. Ahí tenemos el suelo del campo que es propicio
para la agricultura, la cual da empleo a miles de personas en los diferentes
municipios. La cosecha se utiliza para consumo local pero también son muchos
los casos en los que los productos son comercializados en otros estados del
país. Del mismo modo, la miel se ha vuelto en los últimos años materia de
exportación, siendo muestra de la calidad de los procesos yucatecos. Los
apicultores son gente laboriosa que empeña largas jornadas para conseguir los
mejores resultados posibles. Así mismo, hemos sido testigos en las pasadas
décadas de un repunte significativo en la ganadería y las empresas avícolas.
La iniciativa privada ha consolidado una
relación importante con las comunidades rurales, traduciéndose esto en avances
sustanciales. Los ejemplos de trabajo plausibles no se limitan al campo, pues
van más allá de las actividades económicas primarias. Cada vez más, los
emprendedores locales se deciden a invertir en el crecimiento de la industria y
recientemente hemos observado un auge en este rubro, lo cual es sumamente
benéfico para la economía del estado, pues en un mediano plazo este fenómeno se
verá reflejado con certeza en empleos mejor pagados. Si bien es cierto que
somos la entidad con una de las menores tasas de desempleo, es fundamental
buscar que los trabajadores reciban mejores salarios.
Es interesante
constatar la elevada inversión extranjera que está llegando a la península, y
de forma acentuada a este estado, como consecuencia de las condiciones sociales
favorables, así como del reconocimiento de la amplia gama de oportunidades de
desarrollo en la zona. En el mismo orden de ideas, el panorama de bienestar y
progreso se convierte en una coyuntura para la consolidación de Yucatán como un
destino turístico atractivo que promete proliferar en el futuro cercano para
brindar sitios de empleo nuevos. Lo anterior se relaciona con la alta calidad
de los comercios y servicios desplegados en la capital Mérida, así como en el
resto de los municipios. La economía local ha crecido y en la actualidad son
cuantiosos los servicios de entretenimiento, gastronomía y cultura que se
pueden disfrutar. La amabilidad y atención de los yucatecos son la base sobre las
cuales se construye el comercio y la oferta de servicios como modelo de negocio.
En suma, este boom de crecimiento que debiera
continuar con el impulso de adecuadas políticas públicas, no podría
comprenderse sin la valoración de la esencia trabajadora propia de la población
yucateca. Somos gente de acción cuya motivación principal es la contribución a
la grandeza de nuestro estado como símbolo de identidad. Conservemos los
valores y principios que no caracterizan como una sociedad con una arraigada
cultura del esfuerzo.