Por: Luis Repper Jaramillo.*
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La Bota
Todo el poder, todo el dinero
Febrero 6 de 2012, Andrés Manuel López Obrador,
candidato presidencial del PRD, a través de un videomensaje electorero.
“regresaré a sus cuarteles al Ejército en 6 meses, si ganamos la elección del
próximo 1 de julio”… No ganó. Felipe Calderón, del PAN, triunfó y frustró la
promesa del mentiroso (desde entonces) Peje.
(Calderón sí utilizó a los soldados para emprender una
guerra fallida contra el crimen organizado, cárteles, sicarios. Resultado: 120
mil 463 víctimas dolosas).
“No debe seguir exponiéndose al Ejército, ni
socavarlo; regresarlo (a los cuarteles) en la medida que se va
profesionalizando a la policía” ¡Toing!
Seis años después, 2018, López retoma, para explotar
el fracaso calderonista, el asunto de los militares, pero ahora con otra
perversa, vil estrategia “cacha votos”. Como aspirante presidencial al frente
de su empresa familiar, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) dio un
giro radical a su malévola intención para comprar simpatías, simpatizantes y
chairos.
Prometió como candidato, utilizar la bota militar para
“encausar”, adoctrinar, convertir a los sicarios en campesinos en favor de la
alimentación de los mexicanos, al ofrecer que los delincuentes cambiarían las
armas por tractores, las balas por semillas; sus AR 15, metralletas Browning
M2, calibre .50, Fusil Barrett .50; AK 47, para surcar el campo y depositar
simientes nutritivas. Nada más falso.
Sus delincuentes a quienes “cuida” porque también son
humanos, han provocado en sólo 4 años 3 meses de fallido gobierno
lopezobradorista, la aterradora cifra de 135 mil asesinatos dolosos (más que
Calderón en 6 años) … y contando.
Luego de convertirse en candidato presidencial
triunfador y por ende presidente electo, blasfemó terriblemente. Se alió con el
verde olivo y el crimen organizado, enviando a la bota castrense, el siguiente
mensaje. “Ordenaré amnistía: perdón y olvido a sicarios, gatilleros,
gavilleros, asesinos, líderes de cártel, violadores, secuestradores, para que
no haya persecución, combates, detenciones.
Más beneficios para la gente armada: “respetamos sus
derechos porque también son humanos”, “cuidamos a las bandas, porque también
son humanos”. “Abrazos no balazos”
Para que la milicia acatará la orden del Jefe Supremo
de las Fuerzas Armadas (5 estrellas) en tanto el Secretario de la Defensa
Nacional sólo porta 4 estrellas, les otorgó beneficios económicos, políticos,
materiales. De facto conformó el 4º Poder (no constitucional), sí práctico,
activo y decisorio.
Iniciando el sexenio, a través de sus larvas en el
Congreso de la Unión (diputados y senadores) con mayoría legislativa, le
aprueban reformas legales para otorgar a la bota facultades de constructores,
administradores, policías callejeros, cuidadores y administradores del espacio
aéreo mexicano, “explotadores” de aduanas, puertos, cruces fronterizos,
“borders patrol” en el sur y norte del país.
Aporreadores (seguridad) en el Metro de la Ciudad de
México. Operación, administración, beneficiarios de la nueva línea aérea
Olmeca-Maya Mexicana (antes Mexicana de Aviación).
Le dio facultades al verde olivo para detener, sin
orden judicial, por mero acto de sospechosismo, a población civil.
Es larga la lista de beneficios y ventajas, por encima
de población civil, que los militares han obtenido de la Transformación de 4ª
(léase López Obrador): constructores (remodelación), operadores,
administradores, explotadores y beneficiarios de la Base Aérea Militar de Santa
Lucía, pomposamente llamada Central Avionera Felipe Ángeles. Porcentaje
ventajoso (sobre civiles) en las obras del “chu chu chú” Tren Maya, que
regenteará en los tramos obsequiados.
Construcción, vigilancia y renta de mil 600 sucursales
del Banco del Bienestar. Participación y levantamiento de gran parte de la
Refinería Dos Bocas, capricho de la dupla Nahle/López Obrador. Permiso para
contener, aporrear e impedir el paso –por México- de caravanas de
indocumentados centroamericanos, haitianos, cubanos, venezolanos que huyen de
las tiranías de su país.
A la Secretaría de Marina (Armada de México) le regaló
vigilancia y seguridad de Puertos mercantes (importación/exportación de
mercancías), aduanas marítimas, pero no sólo como vigilantes, sino
administradores, dueños, liquidando a empleados civiles que durante toda la
vida trabajaron ahí.
En tres palabras se describe esta sádica relación
López Obrador/Fuerzas Armadas (Ejército, Marina, Guardia Nacional)
militarización del país.
Ante lo evidente las reacciones de investigadores, expertos,
periodistas especializados en seguridad nacional, acusan que ahora “el rol
político del ejército se ha fortalecido en el gobierno de Andrés Manuel,
Transformación de 4ª, Morena, en tanto la responsabilidad civil se debilitó
debido a la fragmentación de la corrupción política –impulsada por López
Obrador, que ha causado la delincuencia organizada –protegida y “cuidada” por
él-
El investigador y experto en seguridad, de la
Universidad de Columbia (EE UU) Edgardo Buscaglia, acusa que “hoy de alguna manera
el Ejército Mexicano se ha latinoamericanizado en muchos sentidos: tiene poder
político en relación a las autoridades civiles fragmentadas, que antes no tenía
(sexenios del PRI y PAN).
De facto, López Obrador desapareció la Policía Federal
(civil) y creó su Guardia Nacional (como Chávez, Maduro, Díaz Canel, Ortega,
Fernández) formada por militares habilitados como civiles, con disciplina
castrense que la Cámara de Diputados –Morena, PT, PVEM- aprobó para tener mando
civil, pero de suyo, es dirigida por militares, el General Secretario de la
Defensa, Luis Crescencio Sandoval.
Para cooptar y otear a la población civil, antes que,
al crimen organizado, López Obrador autorizó, a través de sus esbirros en San
Lázaro, al Ejército la construcción de 266 cuarteles de la Guardia Nacional
diseminados en todo el país, sin la participación de ingenieros, arquitectos,
peones, maestros de obra, albañiles civiles. Todo lo hace el verde olivo.
Curándose en salud, y para justificar el poder
político, económico que López ha depositado en las fuerzas armadas, el 20 de
noviembre de 2022, Luis Crescencio Sandoval, se aventó un spech ante su jefe
supremo, gabinete, y los poderes legislativo y judicial con esta retórica:
“apoyamos los proyectos prioritarios de su gobierno (se dirigía al Peje) con
todos los recursos humanos, materiales y financieros (¡desde luego, le abrió
las alforjas al militar!) que la Nación nos provee en aras del bienestar de los
mexicanos” ¡Aja! Nuestra lealtad institucional es a toda prueba”
“Nos subordinamos al poder civil!! sin que eso
signifique perder nuestra naturaleza o razón de ser. El Ejército no pretende
ningún poder” … Falso, ya lo tiene.
Pero ese amor y deferencia que tiene El Peje al
Ejército, Marina y GN, lo cambió por humillación, imposición y deslealtad, el
17 de octubre de 2019, cuando los castrenses había detenido, con orden de
extradición a Estados Unidos, a Ovidio Guzmán López, hijo de El Chapo, en su
natal Culiacán. Sometido y esposado, el responsable del operativo, Alfonso
Durazo, Secretario de Seguridad Federal, hoy gobernador de Sonora, recibió una
llamada de celular de Andrés Manuel, ordenando liberar de inmediato, sin
presentarlo al Ministerio Público Federal (FGR), dejarlo en su casa, sin más ni
más.
Ante los ojos del mundo, Ejército, Marina y GN
quedaron como estúpidos, pues la orden inconstitucional, soberbia, arrogante
del señor López los mostró débiles, sumisos, arrodillados ante un civil
(político, aun siendo presidente, se acaba en 6 años, mientras ellos,
uniformados, lo serán para siempre). Para enjugar su cobardía (violar
Constitución y leyes), López se justificó “nosotros no queremos muertos, no
queremos la guerra. Esto le cuesta trabajo entenderlo a muchos, pero la
estrategia (militar y civil) que se estaba aplicando anteriormente convirtió al
país en un cementerio”
¿En serio, Andrés? llevas en apenas 4 años 3 meses,
más de 135 mil homicidios dolosos, que requiere al menos 3 cementerios
propiedad de Morena, Transformación de 4ª y de AMLO. Superas a quien más odias:
Felipe Calderón.
Bocón, lengua larga, mentiroso y aliado de las fuerzas
armadas en contra de los mexicanos, se atreve a blofear, “yo encabezo un
gobierno civilista, no es una dictadura militar o un gobierno civil con afanes
autoritarios ¿no? Cuesta trabajo que esto se entienda, pero poco a poco los
hechos van a demostrar que esta es la vía” ¿de la dictadura civil o militar,
Andrés?
Para ponerlo en su lugar, señor López, la politóloga
Maite Azuela, sostiene “el presidente requiere propaganda de alianza con las
fuerzas armadas para garantizar la continuidad de su proyecto transexenal”
imponiendo –esto digo yo- a una de sus 4 corcholatas (el poder tras el trono)
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*Colaborador de los Grupos Editoriales Digitales
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