Ha costado mucho, no lo echemos a perder

Marco Cortez Navarrete
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Por: Marco A. Cortez Navarrete.

El pasado 18 de noviembre, por fin, la Secretaría de Salud del Gobierno de Yucatán anunció que la entidad se encuentra en semáforo epidemiológico color verde.

Lo anterior, lo dio a conocer la dependencia el día donde, también, informó de 3 lamentables decesos más y 44 nuevos contagios por coronavirus.

Con el semáforo epidemiológico color verde, el gobierno informó que a partir del próximo lunes 22, o sea pasado mañana, queda autorizada la operación hasta las 2 de la mañana, con aforo del 75 por ciento, en las actividades económicas de cualquier tipo, actualmente permitidas.

Mauricio Sauri Vivas, secretario estatal de salud, dijo en una entrevista que hasta el momento suman poco más de 2, 7 millones de dosis de vacunas contra COVID-19 aplicadas a personas que habitan en suelo yucateco, y además dio detalles de los módulos que permanecerán abiertos para inocular a quienes aún faltan: personas que aún no se deciden, otros que por alguna razón se rezagaron y, entiendo, también para quienes van cumpliendo la mayoría de edad, es decir, los 18 años.

Cuánto tiempo, cuánto dolor y cuánto sufrimiento han transcurrido para llegar a este momento que representa la oportunidad para retomar el camino; rescatar empleos, generar los que se suman (según el INEGI, en México cada año surge la necesidad de un millón de nuevos empleos).

Tomando en cuenta que el año anterior, 2020, del que nadie quiere acordarse, fue un lapso de tiempo que nunca, aún en el subconsciente, se olvidará. Las autoridades gubernamentales y los sectores productivos han señalado que ya se recuperó el número de empleos perdidos y que la economía retoma su paso de manera gradual, acompañada de ese optimismo y esa determinación que son no necesarios sino fundamentales. Hay que trabajar mucho, sin duda, pero se están dando los pasos para este propósito.

Y un ejemplo, digo yo, es el Tianguis Turístico que recién concluyó y que, según sus organizadores, participantes y críticos, no solo logró, sino que superó las expectativas fijadas. Yucatán se “aventó el tiro” y le resultó, dando así el ejemplo de que sí es posible salir adelante, sin olvidar lo sucedido, esto jamás.

La pandemia de COVID-19, repito, ha dejado una huella muy profunda y un mucho dolor que permanecerá durante mucho tiempo en la memoria y en los corazones de miles de familias yucatecas y de todas partes del país y del mundo, que tardará sin lugar a dudas mucho tiempo más en apaciguarse, pero que marca un antes y un después.

Como ha dicho López Gatell, el subsecretario que aún permanece contra viento y marea en su puesto, enfrentando no solo la pandemia sino también infinidad de críticas por el cómo se abordó la pandemia: “Permanecerá, no se olvide, y por ello debemos mantenernos alertas y observantes ante el comportamiento del virus que muta buscando mantenerse entre nosotros”.

Veamos ejemplos como Europa, específicamente Alemania, donde una cuarta ola ha embestido de nuevo a su población, especialmente a quienes aún no se vacunan por creer que no es necesario. Austria, también ha tomado medidas y aún más drásticas al decretar un nuevo aislamiento generalizado y sentenciar que a principios de 2022 será obligatorio para todo habitante de ese país vacunarse.

No perdamos el piso, no pensemos que por estar ya en semáforo verde, la prueba ha sido superada. No. El problema está, continúa, el virus aún puede, y seguramente lo hará, afectar a muchas personas. Por ello, mantengamos las medidas dictadas en el protocolo para evadir el impacto del coronavirus. No bajemos la guardia. Estemos atentos y, sí, la vida, con nosotros o sin nosotros seguirá adelante, acomodándose a las condiciones que dicta la naturaleza.

Hasta la próxima.

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