Editorial
A la cuatroté le importa más ser gobernante que gobernar. Todos nos sabemos las emblemáticas frases que el presidente usa como personaje de televisión para rematar sus chistes, pero su estrategia de economía, salud, y seguridad aún son un misterio para muchos.
Sabemos que al presidente le da asco la violencia, “fuchi, guácala” fueron sus palabras exactas. También sabemos que es una persona de paz, y por eso los “abrazos no balazos”, y si hay balazos, pues el castigo más severo que puede concebir es “acusarlos con sus mamás”.
Esto lo sabemos porque él quiere que lo sepamos, y si algo tiene nuestro presidente, es una maquinaria de comunicación e imagen extraordinaria, que le permite deslindarse de todas las crisis que se le pongan enfrente.
Lo que no sabemos claramente es qué pasó en Culiacán, o en general, cuál es la estrategia de seguridad.
Sea cual sea, no parece dar ningún resultado.
No queremos pensar, por sanidad mental, que el señor López Obrador no tiene idea de lo que está haciendo y por eso no hay estrategias concretas al respecto; preferible pensar que nuestro presidente tiene una visión distinta del gobierno, una visión en la que los gobernantes cada vez tienen menos injerencia en la vida de los ciudadanos.
Esto es lo que me gustaría pensar, pero la realidad impide quedarme completamente con esta idea porque mañana a mañana veo cómo el presidente se esfuerza por ser siempre el tema del día, quitándole tiempo y saliva a los mexicanos por tener que hablar de él.
Cuando Andrés Manuel declaró que ser presidente era fácil, que no tenía ciencia, también me rehusé a pensar que se trataba de un tema de capacidades; preferí pensar que nos compartía la concepción que él tenía de su cargo, que sabiendo delegar y trabajar en equipo con un rumbo establecido, llevar la presidencia puede ser sencillo.
No pude pensar de manera tan positiva por mucho tiempo, pues me di cuenta que las labores del presidente se han resumido a hacer campaña continua por meses. Se va de giras a los estados, habla con las personas en conferencias, le aplauden, y se va al siguiente estado; en las mañanas responde a los reporteros, feliz con quienes lo adulan y agresivo con sus críticos. Si hay alguna situación que requiera ser resuelta, seguramente no será su responsabilidad, no será su culpa, y si parece que sí, es por la prensa conservadora.
Los recurrentes actos de violencia, el hecho que se sustituyan programas sociales para dar dinero a personas, y los despidos masivos, son pruebas de que el gobierno no quiere gobernar, por el motivo que sea.
Considerando esto, podemos entender la postura del gobierno ante la autorización de regulación de los autos chocolate. Estos autos son los que entran de contrabando por Estados Unidos y no están regularizados en las leyes mexicanas.
A finales de la semana pasada, la bancada de Morena propuso una modificación a la Ley Aduanera para permitir la regularización de estos autos contrabandeados, lo cual ha generado críticas por parte del sector empresarial.
Esta medida impactaría negativamente en la industria automotriz, la cual representa el tres por ciento del PIB nacional y genera casi dos millones de empleos en todo el país. El contexto internacional ha complicado el crecimiento de esta industria, y en los últimos años la tendencia ha sido negativa. Con estas medidas, la industria automotriz podría entrar en crisis.
No son temas menores, se contempla que dieciocho millones de vehículos contrabandeados se regularizarán por esta modificación.
Uno de los impactos negativos, además del económico, es que estaría circulando en el territorio la “basura” de Estados Unidos, pues se envían los coches usados de este país. Esto representa una afectación al medio ambiente por las emisiones de los autos antiguos, y a la seguridad de todos pues debido a que los coches son de medio uso pueden ocasionar accidentes.
En vísperas de la legalización de la marihuana en el país, el crimen organizado podría encontrar en este nicho una nueva oportunidad para hacerse de recursos, ya que desde ahora se encuentran activos en este negocio, y ante la merma de un ingreso es una opción que podrían explotar.
Con esta modificación de ley, el gobierno de Morena demuestra que admite no tener la capacidad de detener el flujo de autos ilegales y hacer valer el Estado de Derecho, por lo que dobla su mano ante los productos contrabandeados.
Preferiría pensar que se trata de una postura liberalista del gobierno, y que está motivada por la libertad de comercio y el acote de injerencia gubernamental, pero ya me cansé
Si el gobierno no quiere gobernar, ¿por qué seguir siendo condescendiente?