Con el poder mágico que se habían ganado las Hadas de la Bondad a aquel volante tan blanco y tan flamenco se le concedió uno de los mejores privilegios. Qué feliz lucía él, en todo su vaporosa belleza, danzando en la brisa con su fuerza y su arte…
Iría a algunos lugares emblemáticos y sería capaz de susurrar a personas buenas un beso y un verso… ese era el privilegio: iba a ser durante unas horas el volante que susurraba hermosura! Podría sentir, hablar, acariciar con palabra y labios… Ole…
Viajó a la isla balear tan linda que enamora en su cantinela de pinos y olas, y agradeció por el toreo! Viva el toreo, susurró! Y besó en la frente a Morante: la bohemia; en la mano a Juli: la verdad; en la pestaña a Manzanares: la clase; en el dedo a Fandi: el respeto.
Por el viento del verano de agosto cruzó la preciosa España de un punto a otro. Suave verso para Vicky Martín-Berrocal: creadora de flamenco y alma. Y recitó liras y rimas en asonante a la torería clásica de Pablo Aguado. Y de Pablo: fiel en la lealtad!
Y, corriendo en su danza sugerente, viajaba ya el volante al Norte. A cantar en susurros poemas de Sanlúcar a conquistadores de sueños en conquistas de terrenos. Viva! Y todavía quería acercarse al Puerto de Santa María. Y dar un beso a Ponce..
Dedicado a mi querida Vicky, qué divina!
Al flamenco
Al toreo. A los toros en Baleares
A Cuca Matilla
A mi querido Luis
A genios conquistadores
A Sanlúcar
A Morante y a morantistas
A mi querido Juli
A Pablo Aguado. A Pablo
A José Vázquez
A Carlos
A Enrique Ponce
A mi amiga Rosario