Era el día de la Ascensión. Uno de los jueves, de los tres jueves, que relucen más que el sol. Estudiaba en un colegio majestuoso, tan sereno y antiguo, pura piedra en la que se escribían cientos de historias. Estaban las ventanas abiertas, era una mañana calurosa, y hasta el aula llegaban los sonidos de la Alameda, los sonidos de feria: el tiovivo, la noria, las tómbolas..
Cuando llegaba aquella fecha el curso estaba hecho, y el verano asomaba su verso..
A mediodía la recogería el abuelo. Saldría de misa, se habría tomado el vino en alguno de los bares de los soportales, y se acercaría al colegio dando un paseo. En casa les gustaba el día de la Ascensión. Parte de la familia era sevillana, justamente ese jueves, al ser 30 de mayo, festejaban el día de san Fernando. Cuántos recuerdos de cuántas vivencias.. lo que de verdad importa de la vida!
Ya deseaba que llegara el abuelo. Hablarían de otro día grande: el Corpus! Iban a ir a Granada: ciudad soñada! Además verían torear a José Tomás y Morante! Qué pena que no estuviera Talavante: el mago!
Dedicado a España y las costumbres españolas
A todos esos alumnos que ya acarician el verano, a Carlos por sus magníficos resultados
A mi mago
Al Corpus de Granada
A mi amiga María
A Luis
A Morante
Al toreo
A Fernando
A mi amada Sevilla y a mis sevillanos
