Por Yazmín Rodríguez Galaz
En un episodio que ya parece canción de tanto repetirse, los militantes y seguidores del PRD y sus “tribus” como se les conoce de manera interna, siguen en medio de conflictos y enfrentan no solo el riesgo de la escisión por la presencia del partido Morena, sino por sus mismas guerras intestinas y que resurgen en la víspera de la competencia electoral en Yucatán.
De tiempo memorial es sabido que el partido del sol azteca ha enfrentado conflictos internos por la formación de diferentes corrientes en su interior y porque incluso a nivel nacional, han tenido problemas por la toma de decisiones y también por las candidaturas y posiciones políticas en disputa.
Yucatán no ha sido la excepción y últimamente el dirigente estatal Alejandro Cuevas Mena y el diputado local David Barrera Zavala, mostraron sus enfrentamientos hacia el exterior con denuncias públicas uno contra el otro. El líder Cuevas de que el legislador se presta a realizar acuerdos con el PAN y el legislador le reviró acusándolo de tener componendas con el PRI.
En medio de esto aparece la “sombra” de lo que podría ser la partida de varios de los seguidores perredistas que podrían escuchar el “canto de la sirena” e irse a Morena, el partido que creó Andrés Manuel López Obrador.
Ni el mismo PRD alcanza a saber a ciencia cierta quién o quiénes a la hora de la verdad, partirán del partido del sol azteca para apoyar a Morena y su fundador y de esta manera, mermar aún más las potencialidades y perspectivas electorales de la Revolución Democrática.
El regidor Tonaitiú Villanueva, también ha estado inmerso en los pleitos y ha sido acusado de ni siquiera cumplir con el pago de cuotas a ese partido político.
Entretenido o preocupado por sus broncas internas, el PRD tampoco ha dicho con quién jugaría la próxima elección en Yucatán, considerada como la “disputa grande”, pues en la jornada se elegirá al Presidente de la República, el próximo gobernador yucateco, 106 alcaldes- incluído el de Mérida- 25 diputados locales, 5 diputados federales y 2 senadurías.
El PRD en las elecciones del 2015, jugó con el PANAL en el caso de la alcaldía del puerto de Progreso, donde finalmente ganó con José Isabel Cortés.
También se ha especulado sí por primera vez, el PRD podía ser aliado del PRI en las elecciones del 2018 o finalmente deberá ir solo a la justa electoral. Se descarta –eso sí- que pudiera hacer alianza con el PAN, tal como ocurrió en el 2001 cuando Acción Nacional y el partido del sol azteca ganaron la gubernatura pero tiempo después, acabaron friccionados.
Por otro lado, el ascenso de Morena en Yucatán en las elecciones del 2015, también marcará pautas, pues se sabe de bastantes perredistas que aún están indecisos pero no pierden de vista la alternativa de irse con ese naciente partido de izquierda y de López Obrador.
Todo dependerá pues, de cómo evolucionen los conflictos internos y si los mismos perredistas son capaces de hacer “tregua” para salir como uno solo a enfrentar la elección yucateca.
También tendrá que ver la evolución que se presente a nivel nacional, pues el PRD a nivel central, también tiene problemas con sus “tribus” y la inconformidad de sus miembros salta a la vista.
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De golpe y porrazo
Pues para nada de nada, gustó el nombramiento de Enrique Magadán Villamil como dirigente de Organización del Comité Directivo Estatal del PRI, cuando que en las elecciones del 2015, fue señalado como uno de los priistas que en su natal Progreso, apoyó a la oposición, concretamente a la alianza PANAL-PRD, que finalmente ganó en ese puerto.
La misma candidata perdedora, Jésica Saidén Quiroz en su momento lo señaló pero su partido, el PRI no hizo ninguna averiguación ni pasó a más.
Ahora regresa como directivo en un cargo considerado por algunos como “de relleno”.
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Que dice mi mamá que siempre no… Después de decir que se iría de las oficinas de SEDATU en Itzimná porque eran muy costosas ya que pagan 150 mil pesos de renta mensual, el delegado de esa dependencia, William Sosa Altamira, tuvo que quedarse ahí, porque el convenio lo hizo la misma oficina federal desde el centro del país y para deshacerlo, ellos mismos tendrán qué hacerlo.
Don William por tanto, ya no pasó cosas a ningún otro lugar y comprobó que en el caso de las oficinas federales, los mandamases de la ciudad de México, son los que tienen la última palabra.
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En el PAN mientras tanto, andan dándole “hielo” a la denuncia por supuestos “moches” en algunos panistas de Yucatán, pues como viene un proceso electoral fuerte, no desean desgastarse más. Por lo pronto esa denuncia seguirá en veremos y ante ello el comité directivo estatal, feliz de la vida.
Todo indica que el mismo CEN del PAN decidió darle “congeladora” porque si continuaba con esa investigación, pues no sabían hasta dónde llegaría.
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De esto y más estaremos pendientes.
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