Por Francisco López Vargas
Ricardo Monreal e Ivonne Ortega se debaten entre salirse de sus partidos y postularse por otros que les permitan cumplir sus aspiraciones. A los dos les afecta la decisión de una sola persona que en el caso de Monsreal es Andrés Manuel López Obrador y en el caso de Ivonne es Enrique Peña Nieto.
En ambos casos los dos partidos están en su derecho de seleccionar a sus candidatos como les parezca, pero la diferencia está en que mientras el PRI se aferra a sus costumbres pero flexibilizándolas, en Morena la consigna es que Andrés Manuel lo decide todo, o al menos los cargos de mayor relevancia: candidatos a alcaldes, gobernadores, diputados federales, senadores, pero no a la presidencia porque esa candidatura es de él, otra vez.
En el PRI no hay la menor duda: el presidente es quien manda y así lo aceptan los militantes –algunos, claro-, pero en Morena aún les gusta engañar y aunque todos saben que Andrés es el que decide fingen que hace encuestas y fingen que sus resultados avalan la decisión vertical y de la cúpula de un solo hombre.
No sé si en el México del siglo XXI aún queden mexicanos que no les ofende lo que gastan los partidos, lo que deciden y menos que sean ellos, una clase privilegiada, la que viva a expensas de los mexicanos que pagamos impuestos y soportamos sus decisiones. Así es la democracia, nos dicen, pero los beneficios de ella no los vemos el total de los ciudadanos.
Los tiempos cambian y cuando Monreal dejó el PRI, Andrés Manuel en el PRD le dio cobijo y éste ganó la gubernatura de Zacatecas, después de eso el camino del zacatecano lo ha llevado a militar casi en todos los partidos hasta que López decidió fundar el suyo: Morena.
No sé si Andrés le debe más o menos a Monreal, pero creo que nos queda a deber a los mexicanos al ofrecernos ser un candidato diferente en un partido distinto a los demás y venir a acreditarnos que esa oferta no sólo es mentira sino que no le importa disfrazarla para tratar de justificar su auto decisión.
Creo que nadie podría reclamarle a Andrés lo que hace con su partido. El lo fundó, lo negoció con las autoridades que antes detestaba y ahora compite con él haciendo exactamente lo mismo que hacen los demás partidos que son la mafia del poder: impone su voluntad.
No es que en este espacio seamos adoradores de las prácticas políticas del PRI, o justifiquemos las suciedades de Anaya de ser presidente del PAN y también aspirar a ser candidato manipulando el estatuto. No, nada estamos más lejos de aceptar, pero por lo mismo tampoco aceptamos que siendo el más viejo priista, Andrés emule a su ex partido y pretenda reconvertir esos vicios del pasado en Morena. No vale.
Después de tantos años, dirá el lector, Andrés ya no engaña a nadie y la prueba es que Peña Nieto lo derrotó y éste no supo, no pudo o no quiso acreditar un gobierno honesto, de resultados, pero sobre todo de las grandes reformas que el país requería.
Sin embargo, nada de eso le pondrá una medalla o una estrellita en la frente cuando también abusó del poder y se hizo de su casa blanca, de la casa de Malinalco de Luis Videgaray o los excesos de David Korenfeld en la Conagua o la absoluta ausencia de resultados de un secretario de Gobernación que cada vez que alguien se le ponía enfrente descarrilaba el tema. Osorio es el peor secretario de Gobernación que ha tenido el país: ni atendió la seguridad para reducirla, ni cuidó a los gobernadores para evitar la rapiña y sí se dedico solamente a ser aspirante a la presidencia.
Ivonne la tiene un poco peor. Gobernadora acostumbrada a hacer su voluntad, la mujer no pudo armar una estrategia inteligente para ser candidata a la presidencia.
Agresiva con el partido, Ivonne le pellizcó el amor propio a un presidente que terminó por desoírla y no agradecerle que llevara en su discurso la queja interna por la actuación de su partido, ese que ella también ha usado para imponer su voluntad.
En esa disyuntiva, Ivonne se atrevió, en un tuit, a irse contra quien se le opone: Desacredito a (Emilio) Gamboa como autoridad moral para seleccionar cualquier candidato. Para Competir hay que convencer primero a la militancia, escribió. Y ha seguido tuiteando: Urge democratizar al PRI! Firma en recuperemosalpri.mx y juntos #recuperemosAlPRI en la #XXIAsambleaNacional y aún más: QUE SE ACABE EL PRI DE LA CUPULA.
La ex gobernadora yucateca, polémica por su ausencia de modestia, se queja de lo que ella practicó en su partido en Yucatán: la sumisión de los priistas y la abdicación de sus militantes a sus imposiciones.
Hoy, cuando el senador Emilio Gamboa señala que no le ve posibilidades, no sólo lo agrede quitándole autoridad moral sino que se desquita con el hijo, al que amenaza si tiene alguna aspiración en Yucatán.
Los días de Monreal e Ivonne están contados en sus partidos. Ricardo anunciará en breve su salida de Morena para ser gobernador capitalino postulado por otro partido e Ivonne se irá para nunca más volver. Al tiempo.