Biden, el siguiente presidente de EE.UU.

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Joe
Biden
será el siguiente presidente de Estados Unidos tras
derrotar a Donald Trump en las
elecciones del 3 de noviembre. El sábado se confirmó que el candidato demócrata
había conseguido más de los 270 votos colegiados requeridos para obtener el
triunfo. Hasta ahora, Trump no ha reconocido su derrota, pero tampoco le quedan
muchas opciones para revertir el resultado.

El equipo jurídico de Donald Trump ha interpuesto
demandas en estados clave para anular votos emitidos por correo, señalar
irregularidades en los procesos electorales y detener la certificación de
resultados. Tienen a su favor que el fiscal general, William Barr, autorizó a los juzgadores federales conocer las
alegaciones emanadas de las elecciones. Lo que no tiene el equipo del actual
presidente son pruebas fehacientes de fraude, por lo cual los expertos
coinciden en que no representan un factor determinante para anular la victoria
de Biden.

Para que las apelaciones de Trump fueran efectivas,
necesitaba difundir una narrativa la cual generara dudas sobre el proceso
electoral. Los medios de comunicación se percataron de esto y no le permitieron
al presidente compartir ideas en este sentido. Un par de días después de la
elección, el presidente estadounidense dio un mensaje en el cual pretendía
compartir su supuesta victoria y señalar que sus adversarios intentaban robarse
la elección. Su mensaje fue cortado por presentadores de noticias de las
cadenas nacionales más importantes, quienes aclararon que lo dicho por Donald
Trump eran mentiras y no era responsable difundirlas.

El presidente electo, Joe Biden, también es consciente
de la importancia de la narrativa por lo que, apenas se confirmó su triunfo, se
dispuso a trabajar en el proceso de transición. Su principal preocupación ha
sido el manejo de la pandemia y ya propuso un equipo de especialistas para que
le ayuden a gestionar el tema. Los medios han seguido de cerca sus acciones y
les han dado gran difusión.

Otro tema que ha acaparado la atención del próximo
presidente en los últimos días es su relación con otros líderes mundiales.
Debido a que una de las pocas cosas las cuales podrían poner en peligro su
victoria es una crisis de legitimidad, el reconocimiento público de otros
mandatarios le es indispensable. Así, hemos visto que ha entablado diálogos con
líderes tradicionales, controversiales y hasta religiosos, pues lo han
felicitado Justin Trudeau, primer
ministro de Canadá, Nicolás Maduro,
presidente de Venezuela, y el Papa
Francisco
.

Entre los mandatarios que se han mantenido al margen
se encuentra Andrés Manuel López Obrador.
Nuestro presidente justifica su postura en la doctrina Estrada, pues alega que
el proceso electoral se encuentra en tribunales, entonces aún no hay ganador.
Nuevamente hace una mala interpretación de esta doctrina, la cual indica que el
Estado mexicano no debe intervenir en asuntos de otros países, pues con su
silencio expresa afinidad a uno de los dos candidatos.

Como ya se mencionó, las posibilidades de que Trump se
reelija dependen de si puede infundir dudas sobre la autenticidad del proceso.
Si López Obrador dice que no reconoce a Biden porque aún falta saber qué dirán
los juzgados, promueve la idea de que existe la posibilidad de fraude.

Cuando le preguntaron a Andrés Manuel si no temía
represalias en contra de México por su postura, respondió que no pues nuestro
Estado no era “pelele” de nadie. Al parecer se le olvidó que nuestro país quedó
como tal después de ceder a las amenazas hechas por Trump respecto a la
imposición de aranceles si no se detenía el paso de los migrantes
centroamericanos por territorio mexicano. A pesar de este desencuentro, podría
decirse sin temor a caer en equivocaciones que nuestro presidente tenía
afinidad por Donald Trump; ya sea por el apoyo brindado para cumplir los
recortes de producción petrolera establecidos por la Organización de Países
Exportadores de Petróleo, o porque se identifica con su discurso populista lo
cual facilita la comunicación entre ambos.

El inminente triunfo de Joe Biden fue celebrado en Estados Unidos y en muchos otros países
pues representa estabilidad en los mercados, así como seguridad para los
proyectos promotores de derechos humanos y ambientales. En México tenemos
motivos para estar felices, ya que podemos esperar que terminen las
denostaciones sistemáticas contra nuestros nacionales y cambios en nuestras
políticas energéticas y migratorias. No obstante, no todo es color de rosas,
pues podría aumentar la cantidad de deportaciones dada la historia de Biden
durante el sexenio de Barack Obama.

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