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Cristina Padin

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El verano que no fue..

Mayo acababa con sol, con luz, con flores..

Ser alma y luz..

Lo conocían porque era un torero. Un torero joven con una maleta en el corazón repleta de ilusiones.

Del banco de aquella tarde..

En un lugar de España, de cuyo nombre por supuesto sí me acuerdo, sucedió algo muy bonito una tarde.

Serían las ocho de la mañana de…

Si el protagonista fuera Andrés Hurtado muy seguramente serían las ocho de la mañana de un día de octubre.

La ilusión..

Iba la ilusión vestida en colores blancos y en colores verdes.

El silencio que lloró…

El silencio de Sevilla y el silencio de Madrid eran muy buenos amigos. Conversaban

Iban a ir de viaje. Estaban tan emocionados!

Iban a ir de viaje. Estaban tan emocionados!

Serían las ocho de la mañana de un día…

Y serían las ocho de la mañana de un día de mayo.

Alguien especial..

Vivía allá en las tierras más altas.

Era martes..

Era martes. Martes en Madrid, en Las Ventas y en toda España.

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