Sobran los motivos, por: Jordy R. Abraham.
JordyAbraham@gmail.com / @JordyAbraham
Lo bueno debe llegar para quedarse. Tal es el caso de la
Feria Internacional de la Lectura Yucatán que este 2018 celebró su séptima
edición, consolidando su esencia como una promotora de la cultura en nuestro
estado. El magno evento puede ser equiparado con una fiesta prolongada en la
que se vive la pasión por la lectura en un ambiente familiar, sano y
entusiasta.
Son muchos los colores, vistosas las figuras e
innumerables los libros que pueden apreciarse al recorrer la Feria, repleta de
stands para todos los gustos, dejando en claro que el mundo de la lectura es
amplísimo. Así, los visitantes a la FILEY tienen el privilegio de descubrir los
cientos de autores y títulos puestos a su alcance.
Detrás de cada libro hay una historia, pero sobretodo un
proceso en el cual se ejercita la imaginación y la creatividad en su más alta
expresión para concebir una obra literaria que será disfrutada por el lector.
La presencia de importantes editoriales a nivel nacional e internacional,
engalanan la Feria, pero también lo hacen las tiendas de libros que
complementan la labor de difundir las publicaciones de los artistas de la
pluma. La celebración involucra a todos por igual y el resultado es impactante
como es evidente al observar la cuantiosa concurrencia que se da cita día con
día.
La FILEY va más allá de
la venta de libros para convertirse en un auténtico homenaje a la cultura y a
las letras. Las ponencias llevadas a cabo por autores de lujo de la talla de
los yucatecos Carlos Martín Briceño y Roldán Peniche Barrera hacen aún más
atractivo el nutrido programa de actividades de la Feria. De este modo, es
posible escuchar de viva voz el testimonio de aquellos genios capaces de
transformar las palabras en arte que alimenta el intelecto humano.
Los yucatecos nos distinguimos por ser excelentes
anfitriones, por lo que la FILEY 2018 contó con la distinguida visita de una
delegación rusa que trajo consigo parte de la cultura propia de su país. En
adición, el estado de Guanajuato fungió como invitado para colaborar con el compromiso
afín por impulsar el gusto por la lectura. La Universidad de Guanajuato fue la
casa de estudios que honró la Feria con su presencia activa. Por tanto, la
sinergia perfecta tuvo lugar en la sede del Centro de Convenciones Siglo XXI a
lo largo de nueve días.
Por supuesto, es necesario reconocer la loable labor que
realizan la Universidad Autónoma de Yucatán y el Comité Organizador de la FILEY
en conjunto para materializar este majestuoso proyecto que se concreta año con
año de manera efectiva. Es de destacar el rigor, así como la dedicación
admirable con la cual se coordinan esfuerzos para que se efectúe esta
celebración tan especial. Así mismo, agradezco la apertura para incluir en la
Feria foros de diálogo e intercambio de ideas. Considero que estos ejercicios
pueden ser de provecho para el público y las asociaciones civiles tienen la
responsabilidad de ser también promotores de la cultura y de las causas justas.
La Feria Internacional de la Lectura Yucatán 2018 ha sido
un éxito, por lo que me parece que ya es oportuno mencionar el carácter de
referente en cuanto al fomento cultural se refiere, de esta feria. Entonces, la
FILEY debe ser motivo de orgullo para los yucatecos, pues contamos con una
fiesta que celebra nuestra esencia y da a conocer aquello que nos caracteriza.
Seguramente, gracias a esta singular Feria, la afición por la lectura será cada
vez más común, principalmente entre las nuevas generaciones de niños y jóvenes.
Enhorabuena y esperemos que haya FILEY para rato.