Vocación por trascender.
Por: Jordy Por: Jordy R.
Abraham.
JordyAbraham@gmail.com
/ @JordyAbraham
Una de las
características inherentes a la especia humana, es la necesidad de vivir en
comunidad. Sin embargo, es claro que, cada individuo es único con respecto a
sus semejantes. Cada persona tiene elementos originales que las hacen diversas
a los demás miembros de la sociedad. Estas distinciones van desde los rasgos
físicos hasta la forma de pensar, expresarse y actuar.
Los hombres y mujeres,
como individuos, son quienes conforman el tejido social aportando valor
mediante la productividad y la del desarrollo solidario. Ahora bien, cada ser
humano tiene la responsabilidad de construir su camino de vida con arreglo a
sus particularidades internas, así como aquellas determinadas por el entorno.
El autoconocimiento es
primordial para diseñar un plan de vida adecuado que permita trazarse metas
personales con objetivos definidos. Ahora bien, resulta fácil deducir que la
finalidad de todo proyecto individual es la de alcanzar la plenitud. A esto,
también le podemos llamar felicidad. En otros contextos, es posible referirnos
al citado estado de satisfacción como éxito.
El trayecto hacia el
anhelado estatus de plenitud, felicidad o éxito, puede ser frustrante para
varios. La ambición es peligrosa cuando se degradan los principios humanos con
tal de conseguir propósitos individuales. De este modo, disfrutar el recorrido
del vivir y crecer como persona, es lo que debe traducirse como la obtención de
una existencia plena.
Cabe señalar, que no es
sencillo permanecer siempre ecuánime y con una actitud positiva. Por lapsos la
inestabilidad en diferentes situaciones personales, puede traer incertidumbre,
estrés o miedo. También vemos el caso de un número grande de gente que no se
encuentra conforme con el empleo que tiene. Otros tantos, a pesar de tener un
estatus económico favorable, se muestran infelices o inmersos en alguna
adicción.
Encontrar la vocación
individual es la clave para permanecer con un ánimo positivo. Cuando se conjuga
el talento con la voluntad auténtica, los resultados son óptimos. Todas las
personas tenemos una vocación, que es como un llamado que no puede callarse por
su persistencia.
El descubrir la
vocación propia es fundamental. Un ser humano que practica aquello que le
apasiona, por lo general, se torna un agente de impacto en su comunidad. Solo
ejerciendo la vocación es que se puede lograr trascender.
En adición, cuando se
ocupa el tiempo en hacer aquello que nos gusta, es difícil que nos falte la
motivación. El filósofo Confucio, desde tiempos remotos, ya hablaba sobre esto
y aseguraba que cuando se trabaja en una disciplina apasionante, no se requiere
de demasiado esfuerzo para realizar las tareas en este rubro.
Poder llevar a cabo la
vocación particular es una dicha que igualmente conlleva una responsabilidad.
Cada profesión debe de practicarse con un sentido de marcada contribución hacia
la sociedad. El bienestar comunitario solo puede materializarse con la suma de
esfuerzos y compartiendo una visión orientada hacia la sana convivencia.
Aprendamos a hacer
efectivas nuestras habilidades, talentos y pasiones. Aprendamos también a
valorar las vocaciones de los demás. Permanezcamos conscientes de la relevancia
de nuestros actos, como conductas que repercuten para bien o para mal, en el
entorno social. Construyamos un presente mejor, así como un futuro prometedor,
con voluntad y compromiso.