Año 2017 difícil… que debemos enfrentar con unidad
Por Enrique Vidales Ripoll / @chanboox
Inició
un 2017 tan vertiginoso que parece que a los pocos días de comenzado el año
hemos vivido, en cuestión de noticias, lo que podría ser un resumen de todo el
transcurso del año. Iniciamos desde el primer día con el gasolinazo y la
incertidumbre por un bienestar familiar no alentador. Lo que propició una serie
de acciones ciudadanas de manifestaciones y saqueos en 17 entidades
federativas. Como pocas veces se vio una intervención del gobierno con mensajes
que intentaban dar una certeza a las medidas difíciles que se tomaban.
En
el caso de la Península de Yucatán tuvimos en la Riviera Maya y Cancún
situaciones de violencia que rebasaban el entendimiento y la justificación. Es
claro que cala profundo la vinculación de la delincuencia organizada en un
sistema político que parece privilegiar la corrupción que la seguridad de los
ciudadanos. Un trastrocamiento de las funciones del gobierno y los organismos
que deben garantizar la seguridad para consolidar una sociedad con paz y en
armonía social.
A
todo este panorama se presenta una situación verdaderamente dura con el
suicidio de un alumno de secundaria, con apenas 15 años, que antes de quitarse
la vida atentó contra la integridad física de la maestra y compañeros de clase.
El vídeo del suceso, cuestionado por la filtración y viralización, nos permitió
darnos cuenta de la gravedad de la situación. Desde un punto periodístico y de
análisis de la realidad nos confrontó en lo que estamos haciendo por la
sociedad.
Para
rematar, el viernes 20 de enero significó una fecha para olvidar en México y en
la cuestión de la relación bilateral con los Estados Unidos. El que se suponía
el país no solo vecino sino un socio comercial de importancia. La asunción de
Donald Trump que ha tenido impactos en la paridad del dólar y peso mexicano
vislumbran un gran reto ante las dificultades políticas, económicas y sociales
que son irreversibles por las decisiones del nuevo presidente norteamericano.
En
fin… no se podía pensar en un ambiente más desolador. Parecemos sin duda un
país que está herido profundamente en su corazón y en su interior. Lo que nos
hace vulnerables para procesar lo que está pasando. Una asimilación difícil por
la incertidumbre que nace de la desconfianza en los principios, valores,
instituciones, en los políticos, en el gobierno, en nuestras capacidades y
talentos.
Es
por ello que el llamado de unidad que hace el Presidente de la República no es
solo una estrategia para homogenizarse al gobierno. Es una necesidad de
encontrar, a pesar de las diferencias, los elementos coincidentes en cuanto a
lo que debemos enfrentar ante los problemas internos y externos.
Desde
el punto de vista político se han dado pasos hacia esa unidad. Lo han entendido
las fuerzas políticas en el Senado de la República que dan un espaldarazo a
Luis Videgaray en la difícil encomienda de mantener los principios y objetivos
de la relación de México con los Estados Unidos. Hasta Andrés Manuel López
Obrador ha expresado su apoyo al presidente Enrique Peña Nieto en lo que se
refiere la defensa de México ante las políticas intervencionistas y
proteccionistas para USA de Donald Trump.
¿Cuál
será la postura de los ciudadanos ante lo que se viene?
Lamentablemente
los ciudadanos hemos preferido la discusión y polarización que va más allá de
los momentos electorales.
Lo
que debería ser una apertura en la discusión de la realidad, en las redes
sociales se han potencializado las diferencias extremas que acompañadas con
mucha información falsa y sin fundamento desestabilizan la paz y la armonía
social.
Vean
el caso del estudiante que inmediatamente fue utilizado por un grupo de
radicales agitadores con presencia en las redes sociales para manipular y
sembrar con ello el pánico y la psicosis en la sociedad.
Es
claro que la situación se torna muy difícil. Muchas cosas tenemos que analizar,
críticas y proponer. México necesita de propuestas y de acciones en un
empoderamiento ciudadano responsable para obligar al gobierno a velar por los
intereses públicos y no a las líneas del partido.
La
unidad es necesaria y debemos asumirla con deber ciudadano sin dejar de señalar
lo que se deba de la clase política. No podemos permitir que todos estos
problemas nos hundan en la desesperación que conduzcan a una depresión. Los
humanos podemos resistir los embates del medio ambiente. Eso fortalece al
individuo.
Solo
vale la pena establecer que cuando hablamos de Estado mexicano no solo nos
referimos al gobierno. Este último es un elemento del mismo, que junto con el territorio,
población y marco jurídico conforman una integridad que debe garantizar para
todos la seguridad y certidumbre.
La
tarea, como hemos visto, al final es de todos y para todos.