Por Genoveva Castro Manzanilla
Por demás interesante el momento que se desarrolla en esta entidad yucateca, ya con miras al 18. Parece que no se van guardando las formas o bien las encuestas previas parecen marcar ritmos ascendentes. Los grupos, ya conocidos he identificados construyen la marcha a la meta establecida. Todo indica que no habrá marcha ni atrás ni freno.
Sin embargo, en esa tesitura conocida a lo largo de la historia moderna, permite observar el complejo integral en la responsabilidad constitucional que atrae y ejecuta don Rolando Rodrigo Zapata Bello, el gobernante yucateco con indicativos sobresalientes en los conceptos nacionales.
Además de la conocida forma de desarrollar toda actividad política, el Abogado Zapata Bello presenta reacciones de buen gobierno. Lucha, persevera, integra, enlaza en las experiencias de cooperación institucional con la federación, lo que, siempre dará ese estatus de resguardo y ayuda mayor.
Las notas son finas. Desde luego que como todo concepto institucional tendrá sus vaivenes en las sintonías de falta de acompañamiento o bien necesidad de fortaleza con gente de mayor compromiso, trabajo, experiencia e inclusión. Son curvas encontradas, motivadas, esperadas, forjadas; sin embargo, la razón de ser para el servicio convierte a Rolando Zapata en un exitoso responsable de la titularidad del Ejecutivo Estatal.
En los afines para el concepto innovador de destacar su próximo informe de gobierno, lo logrado a lo largo del 2016. Las materias calificadas, terminadas, más otras en camino de construcción serán la suma expectante para ofrecer a los yucatecos más el adicional que se transmite a las zonas del país en general. Las inversiones destellan en las bitácoras ciertos cumplimientos, supervisiones, modificaciones menores, adaptaciones y el concepto generador del sello zapatista.
Sus hombres de confianza, saben las posibilidades reales de lo que se avecina a lo largo del mediano 18. No hay tiempo para perder. No hay tiempo para distanciar. No hay tiempo para excluir. Se antoja, con el libro en la mano, números conocidos y la decisión de trascender por demás con la corona del éxito, seguir trabajando en todos los sentidos. Rolando Zapata, lleva en esta carrera, buen ritmo, sostenido y vigoroso. Veremos.
Los reconocidos agentes de los palacios, traen a la mesa de análisis la duda por los conceptos tan variados y revueltos que está utilizando el vallisoletano Liborio Vidal Aguilar, ahora, en la Cámara de Diputados ahí en la Ciudad de México para sus sesiones, relaciones y anexos; pero, en campaña permanente en el Yucatán de sus amores.
Se mostró la línea directa que manejaba con cierto cuidado en su imagen y amplia penetración. De pronto, quizá mal asesorado, se aventó en una campaña con ingredientes de más para ponerla en el concepto de la prudencia, esa que se requiere en estos meses. El resultado, se está sintiendo ante el nulo crecimiento en encuestas observadas en la misma ciudad capital del país.
Se asegura que con tantas fuentes de dirección han motivado que el legislador federal entre en un bache innecesario, aún más, hasta perdiendo puntos afectivos. Como que no midió la ejecución de los tiempos para el manejo correcto del movimiento eficaz en el tablero local. Comentan que va de más a mucho menos. Muy confundida su estrategia, ya sin mostrar un rumbo más claro. A ver, si hay tiempo para virar los puntos equivocados.
Desde las redes meridanas se puede ilustrar por una parte, la motivación de los asesores del presidente municipal de Mérida, Mauricio Vila Dosal de laborar en base a una campaña de medios, fotos, imagen, fantasía. Se descuida, en expresiones de los agentes de los palacios muchas carencias, falta de cumplimiento y descuido en la ciudad capital. Esos focos que poco a poco van minando, como ganchos al hígado el proyecto empresarial y político por llevarlo a la candidatura por Yucatán.
La falta de tino, soberbia en aumento o la dejada de responsabilidades en otras manos, se torna un juego peligroso para la real aspiración del primer regidor de la comuna meridana. La confianza en las cosas al oído, pueden sonar con tonalidad amena, pero no verdadera. La adulación es un mal en muchos políticos que permiten a varios asistentes vivir de poner la pieza adecuada a sus intereses en el momento preciso para deleite de su jefe, y llenar de falsa expectativas.
Y no se dice que no pueda haber cosas interesantes y buenas, de ninguna manera. Lo que sobresale puede ser falta de madurez, interés o estar en una zona de confort en el cultivo de la personalidad, sin visualizar las oportunidades que se tienen desde la responsabilidad mayor en el cabildo meridano. Tiempos que no volverán y, si se sigue con esa manera tan frágil de actuar, se puede seguir desvaneciendo el encanto ciudadano que observa a diario múltiples fallas en sistemas, obras y servicios. En fin, hay que darle seguimiento.
