Se comenta solo…
Por: Carlos Ramos Padilla
Podría ser el Mercado de
Especias, el Bazar Egipcio en Estambul o podría tratarse de una feria mecánica
improvisada en un llano de pueblo o quizá el casino del Bellagio en Las Vegas,
pero nada parecido a una oferta de candidatura presidencial. Quien oferte más
firmas, quien sea más simpático en las encuestas, quien gane el aplausómetro
será el distinguido merecedor de la silla en Palacio Nacional. Las redes
sociales salpicadas de súplicas para lograr adherencias y montañas de
simpatizantes con firmas. Del otro lado no importa hacer el ridículo bailando
Caballo Dorado o caminando solitaria por el Aeropuerto capitalino. Hay que
subir escalones en la encuesta. De esos dos ejercicios depende la selección de
los aspirantes formales a contender por el máximo cargo político de la nación.
Y el que mejor se maquilló, cantó o bailó será el que qué suponemos guarde en
la chistera los mejores proyectos para México. Aquí no importa si hablan uno a
más idiomas, si han leído los tratados comerciales vigentes, si saben cuántos
artículos presenta la Constitución Política, si conocen quién es el primer
ministro de Marruecos o cuál es la deuda actual del país. No conocemos si están
a favor de la invasión a Ucrania, si apoyan a Kim Jong Un, si es conveniente
sumarnos al “Comando Norte”, si exportamos más y mejor a Asia o a Sudamérica.
¿Qué hay de la Alianza del Pacifico, de los ausentes tratado de extradición con
Israel, de nuestra participación en proyectos de la NASA? Nadie ha dicho qué
estrategias hay para frenar al crimen organizado, la aplicación de la pena de
muerte, aceptar o no a los cárteles mexicanos actuales como terroristas, frenar
la corrupción en aduanas, elevar nuevamente la confianza en el espacio aéreo
mexicano, sanear de una vez por todas a Pemex. No hay un esquema concreto sobre
el rescate cívico y educativo, de la recuperación del sector salud, de la
recesión económica y sus nocivos efectos. ¿Qué hay de la reincorporación sana
del empresariado en los paquetes de inversión más atractivos? En fin, temas centrales
que están en absoluto vacío. Un país que se frenó desde hace cuatro años y que,
en lugar de meter el acelerador con los mejores, estamos esperando que un
volado merenguero nos haga el milagro de encontrar al líder que merecemos.
Quizá para esta inesperada ruleta política ni siquiera los antecedentes
penales, las omisiones administrativas, los contubernios, negocios o corrupción
cuenten. Dijera el multimencionado López Gatell “ya lo pasado pasado”. Los
muertos en este país ya están incinerados ¿qué más da? y la droga sigue su
camino hoy más que nunca: libre. El presidente al saludar a la mamá del Chapo
envió un clarísimo mensaje de comunicación y protección hacia esos grupos. No
se ha atrevido a honrar a los cientos de informados que han perdido la vida en
emboscadas o traiciones. No se ha dignado a reconocer los méritos de
expresidentes o estrategas, digamos como Muñoz Ledo o Castillo Peraza o
Castillo Martinez o Rincón Gallardo. Es no faltarle el respeto a Guzmán Loera
diciéndole “el Chapo” asegurando que los criminales tienen derechos o que el
país se salva con abrazos de los abuelitos. Dónde están los prohombres, las
mujeres de vanguardia, que necesitamos para salir de esta burla sexenal, para
reconstruir, para reanimarnos. Esos que saben operar, hablar, debatir,
confrontar, proponer, decidir. Ellos, los que conocen cómo se mueve el mundo y
quién o quiénes lo mueve. Con ellos hay que dialogar, intercambiar, sumar.
Pensar en disculpas por la conquista es retorcernos en las heridas y el rencor
y no conocer la historia, ni la propia. Pero hasta ahora, los aspirantes por
más que busquen reflectores no duden nada, sueltan solamente ideas, nada serio
porque ni siquiera saben si contarán con presupuesto y cobijo político. Se
acortan los tiempos y el país está perdiendo, de eso no hay duda.
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal
34.2, izzi 135 y mexiquense radio.