A recomponer

Carlos Ramos Padilla
Carlos Ramos Padilla
Sígueme en redes sociales:

Se comenta solo…

Por: Carlos Ramos Padilla

 

Aun cuando asegure no mentir, AMLO es el promotor,
orquestador y factor determinante para su sucesión. Adelantó el proceso, eligió
a sus “corcholatas” y así las denominó para evadir a la ley electoral, en las
mañaneras emplea gran parte del tiempo para demeritar los logros y bondades de
los opositores y dinamitar la idea de que hay oposición. Su tarea principal es
atacar la narrativa primero de Lilly Téllez y ahora de Xóchitl Gálvez. No les
reconoce ni respeta el mínimo esfuerzo dentro de sus biografías. Todo es malo,
son tendenciosas, corruptas, activistas del ala aconsejadora, miembros de la
mafia del poder. Ninguna virtud, ningún mérito les ve. Y, repito, el presidente
ya perdió el control de la agenda nacional, de sus proyectos sociales y de la
elección presidencial. Con su cargada soberbia al atacar a los otros se ha
convertido en su principal promotor. Tiene enemigos, sí enemigos, construidos
en su barata diatriba. Por años, Salinas de Gortari fue su villano, arremetió
contra Fox, usa a Felipe Calderón como tiro al blanco, agrede a Claudio X. González
y actualmente a la más visible Xóchitl, quien representa todo antítesis de AMLO:
hay que ser pobre, de izquierda, sin aspiraciones, mantenido del gobierno, con
un par de zapatos y 200 pesos en el bolsillo. Así serán sujetos a la
repartición de dádivas. Ser exitoso, triunfador, aspiracionista, educado,
promotor de valores está en la plataforma equivocada. AMLO ha perdido de vista
la torpe presidencia de Mario Delgado y que, sus “corcholatas”, no han logrado
nada, absolutamente nada. Lo único visible es la propuesta de Ebrard de crear
una secretaria de Estado para congratularse con “Andy” el hijo del presidente y
crear un proyecto de seguridad que solo demuestra el fracaso de gobierno de AMLO
en la materia. En estos momentos AMLO debe recomponer el camino, con todo el
aparato de Estado sus figurines ni repuntan. Claudia Sheinbaum ha sido un
enorme tropiezo. No es nadie sin la sombra de AMLO, a quien todo le copia: las
frases, la postura, el tonito, las muletillas y los calificativos desagradables
a los oponentes. A sus mítines pocos van, no hay discurso porque no tiene
propuestas, menos contenido. Deambula por la terminal aérea (ni el AIFA) sin
recibir un testimonio social de aceptación. En los restaurantes la despiden como
“la destructora de México”. Ni se asoma a Tláhuac porque tiene una deuda de una
treintena de muertos. Se le ve más operando en el cambio de rectoría de la UNAM
que en un proyecto de nación. Y es que es reventadora desde su ADN. Marcelo ya
se ha ido hundiendo en el fango del desprecio presidencial. Vive de selfies, de
presumir lo que no es: generoso con los necesitados. Reta a Xóchitl a un debate
público, pero no acepta enfrentarse a Jorge Gaviño Ambriz sobre las
irregularidades en la Línea 12, en donde, junto con Mario Delgado, deben muchas
explicaciones; incluso hay quienes pretenden enfrentarlo por la urbanización de
Santa Fe donde recibieron enormes privilegios. Adán Augusto ganando espacios,
dejando lucir su cercanía con el presidente y su conocimiento de las políticas
más sólidas de “la transformación”. Es heredero de una raíz tabasqueña que
vincula a las dos familias (la de AMLO y la suya propia) dentro de un marco de
lealtades. Pero AMLO debe entender que ésta no es una ruleta de popularidades, ni
una apuesta al que le sea más leal. Lo he escrito, por lo pronto a Xóchitl la
destaca su autenticidad. Debe mostrar más el tamaño de países que desea, pero
que logre. No es suficiente con retos, con memes, con disfrazarse e imitar a AMLO.
Hay que consolidar, mostrar equipo, unión, saber de SU pasado, pero convencer
de NUESTRO futuro. Hay temas trascendentales, obligados, vitales como: salud,
seguridad, economía, estabilidad, empleo, relaciones internacionales, estos y
más en franco debilitamiento. Otros al paralelo como impartición de justicia,
Estado de Derecho, disciplina administrativa. La tarea de reconstrucción no es
fácil ni se hará en bicicleta. La oposición aún no define precandidato, falta
cumplir con sus requintos nada fáciles en una amalgama partidistas nacientes e
insegura. El país todo está radicalizado, fragmentado, dolido, necesitado de
reconocimiento. Hay que formar líderes, hay que hablar con los sabios, hay que
generar grupos de acción, participar de los avances mundiales y hacer de México
un país de vanguardia y de honor.

*Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv
canal 34.2, izzi 135 y mexiquense radio.

Carlos Ramos Padilla
Carlos Ramos Padilla
Sígueme en redes sociales:

No quedes sin leer...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Lo último