Por: Víctor José López Martínez*.
@victorlopezm
Girando y girando en el creciente círculo
El halcón no puede oír al halconero;
Todo se deshace; el centro no puede sostenerse.
No fue sino hasta el segundo tercio del siglo XIX, cuando la primera visita de un jefe del estado mexicano se dio en Yucatán, siendo irónicamente la emperatriz Carlota quien inauguro la distante relación. Habían pasado ya aquellos años en los que los yucatecos lucharon por la república frente a los intentos de concentración de poder del centro del naciente país: Federalismo, libertad y soberanía fueron, desde el origen las premisas, fundamentales para los peninsulares. Sin embargo, ya eran otros tiempos.
Siglo y medio después, frente a la crisis humanitaria de nuestra era y ante la inminente descomposición política -que no jurídica- de nuestro país, vale la pena reflexionar sobre el papel que jugará nuestro estado en esta partida de ajedrez. El panorama nacional, a dos años cumplidos de la administración del presidente López Obrador y en vísperas de una elección intermedia de importancia fundacional, es por demás convulso, desafiante y poco promisorio, afirmarían las plumas más pesimistas.
Por un lado, se encuentra el proyecto de nación de la “cuarta transformación”, anticipado por sus propios como un nuevo parteaguas en la historia nacional, y que avanza con paso firme para cumplir su presagio, en el entendido que falta ver si representará para México la miel o la tragedia (se antoja probable lo segundo, sin que sea imposible lo primero). La fuerza imparable de la idea que representa López Obrador desatada a diario desde muy temprano en el monólogo habitual, una y otra vez se encuentra frente a la fuerza inamovible de la realidad. Un espejo: En el discurso, la pandemia se domó en mayo; en los hechos, existen noventa y cinco mil familias en duelo, y contando. En ese mismo tenor se encuentra el presente de los sectores económico, energético, ambiental y de seguridad.
Por otro lado, en esfuerzos de oposición aún disgregados aunque cada vez más organizados, las diversas expresiones disidentes enfocan sus baterías en dos grandes temas:
El primero, en replantear los acuerdos de coordinación fiscal; es decir, la forma en la que los ingresos de la federación son distribuidos entre los estados -“los que más generan, son los que más deben de recibir”- es básicamente la premisa de la alianza federalista, compuesta por diez gobernadores de oposición del norte del país, salvo alguna excepción. Es importante señalar que el actual acuerdo de coordinación deviene de una administración anterior a la de AMLO y más aún, que revisar el pacto federal en detrimento de las finanzas de los estados más pobres de la República, pone en riesgo la estabilidad económica y política de la toda nación.
El segundo, en generar los acuerdos necesarios para enfrentar en grandes bloques de oposición la elección venidera, con el fin de quitarle el control de la Cámara de Diputados al partido del Presidente, y así poder cerrarle el paso en las elecciones en los estados para proyectar la retoma del poder en el año 2024.
Es en este escenario es en el que nuestro estado, la punta de lanza del sureste mexicano, debe elegir su papel. Pronto, por las condiciones políticas, seguir jugando a dos bandas como hasta ahora dejará de ser una opción. Sin embargo, es importante tomar en consideración que Yucatán se encuentra imposibilitado para tomar decisiones de gobierno en función de valoraciones únicamente políticas, dado el alto grado de dependencia económica que tienen nuestras finanzas estatales de las federales. Esto, pone al gobernador entre la espada y la pared, ya que debe de decidir si acude al llamado de la oposición activa y pone a nuestro estado a disposición de la posibilidad de un frente amplio, sacrificando así espacios para su propio partido y sus aspiraciones personales en beneficio de una causa superior; o si se decanta por mantener el “status quo”, mismo que juega a favor del proyecto del presidente, que conlleva tener al sureste del país políticamente en paz y con la oposición dividida funcionando como un salvoconducto para ampliar su cuota electoral en la región. No es sencilla la decisión para el gobernador. Al tiempo…
*Socio fundador de la firma Sánchez-Labrador y López Martínez S.C.