Mundo generacional, por: Edwin Carcaño Guerra.
Hay generaciones que dejan una huella tan profunda que
las futuras generaciones aprenden a vivir con ese legado sin saber quién lo
construyó. Investigar a las generaciones mexicanas brinda esos grandes placeres
intelectuales de la vida. Cuando emprendes el viaje al pasado hay dos cosas que
no pueden escapar al ojo humano: No hay nada nuevo bajo el sol pero al mismo
tiempo siempre hay un tesoro escondido. La generación de los mentores es uno de
esos tesoros.
Entre 1825 y 1852 nacieron un grupo de mexicanos que
tendrían un gran impacto en la vida social del país a finales del siglo XIX.
Esta generación de los Mentores es el primer grupo de personas que nacen en el
México independiente. Una vez conseguida la independencia el país se encuentra
dividido en dos bandos. Estos deciden que es más importante luchar entre ellos
que lograr un nuevo orden nacional. Como consecuencia de su mal manejo el país
pierde más de la mitad de su territorio.
Texas decide convertirse en un país independiente y
tras poco tiempo se convierte en un estado más de la Unión Americana. Un día
los capitalinos despiertan y se encuentran con la bandera Yankee ondeando en el
Palacio Nacional. El país estaba totalmente destrozado. El gran fracaso de los
primeros mexicanos fue pelear entre ellos en lugar de llegar a un acuerdo y
crear instituciones que hicieran fuerte al país. Así fue como vivieron la
infancia los niños de la generación de los Mentores.
En su juventud las cosas no mejoraron. La Guerra Civil
entre la Unión Americana y los Confederados (1861 a 1865) permitió que los
franceses pusieran un pie en el continente y Maximiliano de Habsburgo se
convirtiera en el segundo emperador Mexicano. Las Guerras de Reforma de nuevo
derramaron sangre y el país seguía sin poder organizarse para progresar. Para
estos tiempos la generación de los Mentores luchaba en los diferentes bandos:
liberales, conservadores, partidarios de Lerdo y de Díaz.
La Constitución de 1857 fue la institución que el país
pudo armar para convertirse en una nación democrática. Sin embargo, aún
faltaban muchos elementos para que la nación entrara de nuevo en el camino de
las instituciones. Esto dejó un vacío de poder que solo podía llenarse con un
dictador. La muerte de Juárez puso a Lerdo de Tejada en guerra con Porfirio Díaz
el cual supo hacerse con el poder. Su gran acierto fue aprender la mecánica
para apaciguar el país. Su gran error no construir instituciones.
A esta generación pertenecen grandes personajes de la
historia mexicana. Entre ellos Porfirio Díaz, Ignacio Zaragoza y José Peón
Contreras. Este último está considerado como el primer dramaturgo mexicano.
Justo Sierra también pertenece a esta generación de los Mentores y es
considerado el Maestro de América. Angela Peralta, la gran cantante mexicana
del siglo XIX es una de las mujeres más destacadas de este grupo de personas.
El legado de esta generación fue crear la identidad del pensamiento mexicano.