Sic Sac, por: Elda Clemente Reyes
El Coronavirus sigue su curso, avanza sin tregua y sin importar país, raza, credo, nivel académico o económico, mientras la población, escucha, observa y trata de entender la plaga invisible que sigue cobrando vidas y de la noche a la mañana, cambió la agenda pública de los gobernantes.
De manera exponencial los medios de comunicación y las redes sociales, dan puntual seguimiento y se han convertido en tema obligatorio para los mexicanos divididos entre los que seguimos los lineamientos de prevención, los que sienten miedo, incredulidad y desdén: Miedo que se respira en hospitales, hogares y oficinas, no es para menos cuando en los últimos años, la muerte se pasea por las calles placentera; incredulidad por los matices que le dieron origen y provoca irresponsabilidad; y menosprecio por pensar que es parte de un juego de ajedrez, una infamia que busca tener al mundo de cabeza.
Otros la consideran una estrategia de las principales potencias que buscan reducir la población.
De las anteriores, el miedo es más peligroso que la ignorancia cuando se apodera de la mente de las personas quedando atrapados en un laberinto sin salida, oprimen su corazón debilitando su mente y su sistema inmune.
Por eso, no hay que temer, hoy más que nunca, prevenidos al mil, respetando las normas sanitarias. No sabemos si existe una agenda oculta que no conocemos. Sin embargo, el alcance de la epidemia ha dado pie para implementar una nueva política de salubridad en el país y para volver los ojos al cielo.
El mensaje es generalizado entre gobernantes y religiones, pueblos y naciones unidas, prevenidos y rendidos ante el poder espiritual cuando las fuerzas se agoten, pero recuerden postrados de corazón no por simulación.
El proceso de esta epidemia está sacando lo mejor y lo peor del ser humano, pero, sobre todo, es un ejemplo de lo frágiles que somos ante el poder terrenal y espiritual.
Suenan tambores de guerra donde generales y soldados rasos, debemos estar listos para lo que viene y con la armadura de fe.
Firmes, sin miedo porque los oídos de Dios están atentos y sus ojos puestos en la humanidad. Para los creyentes, prevención, fe guerrera y oración es la fórmula en este tiempo difícil pero no imposible de obrar milagros. Hasta ahora el 90 por ciento de los casos confirmados en México han presentado síntomas leves.
Sigamos lavando nuestras manos y uniéndolas frente al altar.
SICSAGEANDO
Mientras el Coronavirus avanza, están en riesgo 800 mil empleos y el petróleo cayó en 15.78 dólares por barril, una baja menor a la del 2002 situada en 15.85.
El gobierno federal se resiste anunciar la suspensión de labores no prioritarias. Como dicen algunos burócratas de Campeche que quedaron fuera de la clasificación de empleados home office “Pensarán que los demás empleados son robots”.
El escándalo desatado por edificaciones defectuosas en Residencial Carzabela, puso al descubierto diversas líneas de investigación en el sector de la vivienda, que ahora, con un gobierno federal al acecho, seguirán saliendo más trapitos al sol, que no imaginábamos.