La revista peninsular
La aprobación a la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador cae en picada. De acuerdo con datos publicados por Reforma, sus índices de aprobación cayeron diecinueve puntos porcentuales en un año, y nueve en tres meses. Esta considerable baja se debe a que la gente no ve resultados en la actual gestión, aunado al aumento de inseguridad y la falta de medicamentos en los hospitales.
Los resultados de estas encuestas no son cifras vacías para que polemistas y comentaristas usen como municiones en la guerra mediática que se pretende hacer pasar como discusión nacional, estos resultados son el reflejo de un México inconforme.
El presidente no pudo haber recibido estos datos en peor momento, pues horas antes había sido protagonista de un berrinche al ser abucheado en su tierra natal, Macuspana, Tabasco. Como es bien sabido, Andrés Manuel está acostumbrado a empaparse de aplausos en estos eventos, y los aprovecha para golpear o apapachar a las autoridades de la localidad en la que se encuentren. Así, si la autoridad local es afín al presidente, el público acarreado por el equipo del primer mandatario le vitorea, y si es oposición, el público le abuchea.
López Obrador no esperaba lo que enfrentó en Macuspana. El presidente le lanzó preguntas al público esperando tener respuestas positivas y solo consiguió negativas, esto ocasionó que el primer mandatario se mostrara visiblemente ofuscado, y amenazó con terminar su discurso y retirarse del evento. Dentro de los desafortunados comentarios que profanó llamó la atención cuando tachó de mentirosos a los presentes por no contestar como él esperaba, y dijo que las mentiras eran del “demonio, reaccionarias y conservadoras”; es peligroso este mensaje del presidente pues hay que señalar que parece adoptar la forma de un predicador y no la de un gobernante.
Sobre lo mismo, la declaración más lamentable de AMLO en Macuspana fue cuando dijo que “a la autoridad se le respeta”. Dejando a un lado la connotación tiránica que conlleva el hecho de que un presidente exija respeto a alaridos, hay que señalar la suma incongruencia con la que se conduce Andrés Manuel López Obrador. El ahora presidente consolidó una imagen de político aguerrido precisamente por cuestionar y confrontar a las autoridades, y evidencia de eso son sus manifestaciones, paros, tomas de instalaciones de gobierno, y hasta célebres frases como “cállate chachalaca”.
Esta postura del presidente naturalmente impacta en sus índices de aprobación, pues esa imagen de político aguerrido es la que hizo que miles de mexicanos se sumaran a su proyecto, y ahora esa imagen ya no existe, por lo que el apoyo desaparece. De hecho, a pesar de crearse como enemigo imaginario a “los conservadores”, su actuar como presidente ha sido propio de un mandatario conservador.
Entonces, cuando el lunes recibimos la semana con los nuevos índices de aprobación del presidente no hubo duda de su veracidad. Es palpable que la gente no está contenta.
Pocos días después vimos un actuar atípico del presidente, admitió (muy a su manera) que había cometido una equivocación. Por semanas ha usado la rifa del avión presidencial (ninguna rifa, ningún avión) para desviar la atención mediática de temas verdaderamente importantes, y decidió que sería buena idea iniciar su rifa el día del paro nacional de mujeres. Quién sabe por qué el presidente pensó que esto era una buena idea, o por qué nadie lo detuvo, pero esta decisión le costó con sus opositores y hasta con sus simpatizantes, quienes reprocharon su insensibilidad, por lo que tuvo que modificar la fecha.
Ahora viene lo interesante, uno pensaría que si está rectificando la fecha es porque entendió que se mostró insensible ante la temática lo cual le traería consecuencias negativas; lo que no cuadra es por qué, si encontró una manera de solucionar su error, decidió decir que “ni tenía en cuenta que ese día era el día del paro de las mujeres”. Es imposible, sin miedo a equivocarse, que el presidente de la República no esté enterado de un movimiento de tal magnitud, imposible.
Como me rehúso a creer que Andrés Manuel López Obrador hizo estos comentarios con el fin malicioso de restarle importancia a los esfuerzos feministas, debo concluir que tiene una completa apatía a la lucha de las mujeres, y por eso no tiene la capacidad de emitir un mensaje sensible al respecto. Estamos hablando que eligió la fecha de la rifa el mismo día del paro, y luego dijo que no lo tenía en cuenta. ¿Cómo se supone que los mexicanos interpretemos esto? No hay espacio para darle el beneficio de la duda, aunque quisiéramos.
En sentido contrario a como los simpatizantes de Andrés Manuel disminuyen, las filas de los movimientos feministas se nutren con la llegada de mujeres hartas de vivir en violencia, por lo que estos comentarios de nuestro presidente eventualmente contribuirán a la caída de sus índices de aprobación.
Tal vez Andrés Manuel se pudo permitir en algún momento de su vida ignorar lo que las encuestas digan de él, exceptuando cuando fue Jefe de Gobierno, la información que arrojaban los datos eran para saber qué tal le caía al pueblo. Ahora como Presidente de la República, las encuestas no solo hablan de su popularidad, sino también de su desempeño; y el desempeño modifica la popularidad con el tiempo, no al revés. Actualmente, la popularidad del presidente es buena, pero la opinión sobre su desempeño es mala, y la tendencia es que empeore; lo dicen los números, lo dice la gente.