Llegaron unos hombres y pusieron una valla. Era alta alta alta. Las casas que se quedaban allí, detrás de la valla, perdían la luz. Incluso el sonido… Lo peor era que todas ellas, eran cinco, no podrían ver la corrida de toros que se celebraba en el pueblo vecino.
En esa localidad, no en el pueblo vecino, los mismos tontos que habían ordenado colocar la valla ordenaron antes prohibir el toreo. Y los vecinos, taurinos de piel y alma, estaban muy enojados. Toreaba Talavante, reaparecía, en el pueblo vecino..
Y había logrado unas pantallas para ver…
Como llegaron unos hombres y colocaron la valla no podrían ver nada! La corrida iba a empezar a las nueve, era nocturna! A las siete, tras rezos y llantos, llegaron unas niñas. Con vestidos de esos que susurran en el viento. Las sobrinas del jefe!
Traían una noticia! El jefe había habilitado la parte de arriba del castillo. No se podía subir del modo tradicional, no estaba permitido, pero el jefe conocía un camino de cuevas y de pasadizos. Era genial! Todos los lugareños se dirigieron a esa zona…
Se veía perfectamente!!! Sí se pudo!
Eran las nueve menos diez… Toreaba el mago!
Al mago
Al jefe
A la gente que en lugar de vallas propone ideas buenas
A la gente buena
A la gente que habla bien
A la gente de verdad
A Luis! Con abrazos!
A El bosque animado. Libro que en casa se regala a personas maravillosas
A Rosario. Mi hermana y yo vivimos con ella una fabulosa corrida nocturna
