Las cosas que importan no suelen ser muy grandes.. a menudo son pequeñas. Pero de un contenido enorme. Esta es una pequeña historia que sabe a pétalos de rosa, a uno de los jueves que brillan más que el sol y a costumbres españolas. A fe y a belleza.
Una historia en blanco y rojo y rosa…
La anciana almacenaba los pétalos varios días antes. Los cuidaba, y los metía en bolsas. Después, cuando la Custodia avanzaba bajo su ventana, bajo el cielo puro de la ciudad, los dejaba caer. Cientos de pétalos de rosa caían hacia la calle…
Y la gente aplaudía, emocionada. Olía a incienso y a pureza. Y la anciana sonreía satisfecha un año más. Esa tarde se iría a los toros. Era una mujer de religión y de toreo. Y sabía que las cosas que importan a veces son pequeñitas y frágiles. De gran valor!
Dedicado a Granada
A todos los que estamos en Granada
A los toreros que torean hoy
A Luis
A Rosario
A nuestras tradiciones